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31 octubre, 2011

Nuestra ruta por la India

Han sido en total 85 días en la India. Ha pasado bastante rápido pero creemos que da tiempo para dar una imagen general de este país tan enorme. Hemos atravesado el país desde casi el punto más al norte hasta el cabo sur, generalmente por el lado oeste.

Esta ha sido nuestra ruta (las líneas azules son vuelos) :

Delhi: 2 días
Leh: 5 días
Viaje Leh-Manali: 2 días
Manali: 3 días
McLeod Ganj: 4 días
Amritsar: 3 días
Udaipur: 4 días
Pushkar: 2 días
Jaipur: 3 días
Agra: 3 días
Khajuraho: 3 días
Varanasi: 3 días
Mumbai: 4 días
Palolem (Goa): 1 semana
Hampi: 4 días
Anantapur: 3 días
Bangalore: 2 días
Madurai: 3 días
Kanyakumari: 1 día
Kochi: 3 días
Alleppey: 4 días
Varkala: 2 semanas


Ver Vuelta al Mundo de Hanna y Raúl en un mapa más grande

31 octubre, 2011

Gastos en la India

Durante todo el viaje hemos estado apuntando todos los gastos en un documento Excel para llevar la cuenta más o menos, separando los gastos de alojamiento, comida y transporte.

  • Gasto medio de transporte por día y persona: 6 euros
  • Gasto medio de comida por día y persona: 5 euros
  • Precio medio de una habitación doble: 17 euros (el más caro 33 euros en Madurai y lo más barato 0 euros en Anantapur)
  • Gasto medio por persona y día: 24 euros

Este gasto último es tan alto en parte porque en este están incluidos los billetes de aviones internos y el tratamiento ayurvédico en Varkala. Además en (casi) ningún momento hemos pasado calamidades: hemos estado en hostales decentes, hemos viajado casi siempre en primera clase en los trenes, hemos hecho bastante sightseeing y no hemos comido mal. Seguramente, si uno duerme en dormitorios colectivos, viaja en tercera clase y come mayoritariamente arroz con lentejas puede vivir con menos de 10 euros/día.

27 octubre, 2011

Nuestra experiencia en la India

Después de casi 3 meses nos despedimos de la India para coger un avión a Singapur. Han sido unos días muy interesantes y a menudo muy intensos. Mucha gente viene aquí para 10 días para ver los sitios principales pero creemos que hace falta más tiempo, si uno puede, para apreciar la verdadera esencia de la India (realmente harían faltan muchos años considerando el gran tamaño de este país). Se necesita por lo menos una semana solamente para aclimatarse a la comida, el calor y la cantidad de gente que está en todos los sitios a todas horas.

Top 10 de experiencias inolvidables (sin ningún orden en concreto)

  1. Ladakh – este pequeño reino budista increíblemente fotogénico en el Norte es el lugar perfecto para el viajero recién llegado a la India y supone una aclimatación suave.
  2. Vendedores de chai– no hay nada más reconfortante que escuchar el familiar “garam chai, garam chai” (té caliente) tras largas horas en un tren. En tres segundos tienes un vasito de plástico con chai dulce muy caliente en tu mano (luego buscas en vano un cubo de basura para tirar tu vaso y lo guardas hasta llegar a la siguiente estación mientras todos los indios te miran de manera curiosa- ellos nada más terminar lo han tirado por la ventana).
  3. Ruta en barco por los backwaters: Es realmente relajante deslizarse lentamente por los tranquilos canales. Estirando las piernas en la tumbona con el suave zumbido del motor es difícil no cerrar los ojos.
  4. Pasear por Chowpatty Beach en Mumbai comiendo bhel puri o el mejor kulfi (helado) de la India.
  5. La hospitalidad india en los pequeños hoteles familiares y homestays. Los mejores sitios para quedarse en la India de manera económica e interesante son las casas de familias (homestays). Los desayunos son buenísimos, los anfitriones te miman demasiado y tus rupias van directamente a las familias.
  6. Comiendo pescado fresco en una playa de Goa mientras se pone el sol sobre el Arábigo.
  7. Maravillas arquitectónicas en Ranakpur, Jaipur y Agra: Templos y fortalezas imprescindibles en cualquier viaje por la India.
  8. Viajes en tren: si pasas algún tiempo en la India acabarás inevitablemente en algún momento en un tren. Viajes cortos y largos, primera clase o segunda – siempre acabas hablando con familias que cruzan el país para ir “al pueblo” o con estudiantes universitarios con su ordenador portátil o con un anciano que no sabe ni patata de inglés. Primero te miran con curiosidad, un poco tímidos, pero tras el romper el hielo con un “where you from?”, ya sois amigos para el resto del viaje. Comparten comida contigo o se bajan corriendo al andén para buscar algún vendedor de comida antes de que siga el tren, y si sacas la “Lonely” todos te quieren enseñar donde está su pueblo.
  9. Conociendo a nuestra niña apadrinada en Anantapur y todo el trabajo que hace la Fundación nos dimos cuenta que las donaciones desde España de verdad hace una diferencia.
  10. El Templo Dorado de Amritsar: dando vueltas alrededor de la piscina sagrada, hablando con los majos sijs y comiendo con ellos en el comedor comunitario enorme.

Pescado fresco en Goa

Garam chai, garam chai!

Uno de muchos viajes en tren

Celebrando Diwali con Rajeesh y su familia

Ladakh

Templo Dorado de Amritsar

Templo de Ranakpur

Nuestra niña apadrinada reparte dulces

Los Backwaters de Kerala

Paseo marítimo de Mumbai

25 octubre, 2011

Vacaciones de las vacaciones en Varkala

14-27 de octubre de 2011

Las últimas dos semanas en Ia India las tomamos de vacaciones. Tras recorrer India del Norte al Sur por carreteras polvorientas (bueno, también hemos hecho trampa y hemos cogido aviones…) teníamos ganas de descansar. Aparte de la semana en Goa no nos hemos quedado fijos en ningún sitio más de 4 días. Y los siguientes dos meses por Tailandia, Laos y Camboya serán bastante intensos. Así que, de Alleppey cogimos un tren de 2 horas (2ª clase- 50 céntimos) hacia el sur dirección Trivandrum (desde donde volaremos a Singapur).

Varkala es un pequeño pueblo situado sobre un acantilado. Bajando unas escaleras bastante empinadas se llega a la estrecha playa. La playa no es una de las mejores de la India, hay que tener cuidado porque a veces vienen olas que llegan hasta la base del acantilado y moja todo en su camino (toallas y gente tomando el sol incluidas). El pueblo está muy orientado al turismo mochilero: aquí encuentras los mismos restaurantes tibetanos, las tiendas de pashminas y de intercambio de libros, cíbers, clases de yoga, capuccinos decentes y rollos de papel higiénico, y por supuesto el típico “Rickshaw, madame?”. Y los mochileros también parecen los mismos de otros “Backpackistans” como Leh, Goa, Hampi o Dharamsala excepto que ahora llevan bañador.

Es un buen sitio para recargar las pilas, comer bien y tomar el sol. Hemos deshecho las mochilas por completo por primera vez, hemos dejado toda nuestra ropa al servicio de lavandería y hemos hecho inventario de las cosas que tenemos y que pueden hacernos falta, o que ya no nos harán falta (¡adiós salwar kameez!). En el hotel tenemos internet sin interrupciones así que lo hemos utilizado para planear la siguiente etapa del viaje (y un Plan B si la situación de las inundaciones en Tailandia no mejora).

También aprovechamos de este nuevo tiempo libre a hacer un programa ayurvédico de detox (desintoxificación) de 7 días de duración. Cada día nos tocaba un masaje y tratamiento distinto por la mañana, y a veces también algo por la tarde. A Raúl le hizo mucha gracia la mascarilla facial ya que no se había puesto una en la vida. También aprovechó y se cortó el pelo. Durante este tiempo seguíamos una dieta vegana (sin carne, pescado, huevos ni lácteos). ¡La verdad es que nos sentimos como nuevos!

Como íbamos a quedarnos unas dos semanas, buscamos opiniones en Internet para elegir un buen hotel. En Tripadvisor encontramos el pequeño Karthika Plaza, con muy excelentes opiniones (incluso de una sueca que se había quedado 4 meses), y la verdad es que fue todo un acierto. Aunque está un poco apartado de la playa, el dueño, Rajeesh, nos lleva y recoge en su coche en cualquier momento, además de llevarnos a hacer excursiones por los alrededores.¡ Y los desayunos están buenísimos! Durante los primeros 10 días estuvimos solos en el hotel, así que toda la atención era para nosotros, incluso una noche nos llevó a su casa a cenar comida típica… Un 10 para Rajeesh y el Karthika Plaza!

Un día mientras volvíamos a nuestro hotel un rickshaw paró delante de nosotros y (¡sorpresa!) salieron Yara y Raquel, dos chicas que habíamos conocido en Anantapur unas tres semanas antes. Pasamos algunas tardes con ellas, compartiendo nuestras últimas experiencias- cogimos diferentes rutas después de visitar la Fundación, ellas hacia el este y nosotros hacia el sur y el oeste. También nos encontramos con una pareja israelí-letona que habíamos conocido en Kochi y cenamos con ellos un par de veces. Parece que todos los caminos llevan a Varkala…

Precios medios en Varkala:
Programa de detox de 7 días de duración: 150euros/pers
Corte de pelo (y afeitado) en una peluquería masculina: 1,5 euro

Puesta de sol sobre el Arábico

De paseo

Con Yara y Raquel en nuestro tibetano favorito

Raúl poniéndose guapo

Nuestro hotel

Varkala Cliff

13 octubre, 2011

Llegando a Kerala

6-9 de octubre de 2011

Del cabo de Kanyakumari cogimos un tren de unas 7h (y algunas más de retraso) a Kochi, 300km al norte y una de las ciudades más grandes del Estado de Kerala con unos 1,3 millones de habitantes. Es también la ciudad sin mayoría hindú más grande del país.

La ciudad de Kochi está constituida por varias islas y una parte más moderna en tierra firme. Nosotros nos quedamos en Fort Cochin, la parte antigua de la ciudad donde están la mayoría de los hoteles y los sitios interesantes para visitar. Después de los problemas de encontrar alojamiento en Kanyakumari veníamos con una reserva ya hecha en un “homestay”- es decir en la casa de una familia – ¡muy recomendable! Nuestra anfitriona Beena y su familia nos cuidaron muy bien – con desayuno y cena de platos típicos de Kerala. Todo servido en el comedor de la casa; un sitio genial para conocer a otros viajeros.

Fort Cochin fue el centro del comercio de las especias durante muchos siglos y aquí se mezclaron las culturas árabe, china, inglesa, judía, holandesa y portuguesa. El resultado es un barrio peculiar con viejas mansiones europeas, muchas iglesias y mezquitas, una sinagoga y redes enormes de pescar chinas. Es un sitio ideal para pasar unos días aunque no hay mucho que hacer; ver la puesta del sol desde el paseo marítimo, pasear por el viejo barrio judío y comer bien en alguno de sus (muchos) restaurantes.

Precios medios en Kochi:
Habitación doble en Beena Homestay con desayuno y cena: 18 euros

Paseo marítimo

Paseo marítimo

Redes de pescar chinas

Gente saliendo de misa

Fort Cochin

4 octubre, 2011

Viajando hacia el Sur: Bangalore y Madurai

30 de septiembre – 4 de octubre de 2011

Tras unos días intensos y muy emotivos en Anantapur cogimos un tren de unas 4h con destino Bangalore. La capital del estado de Karnataka es una de las megaciudades del subcontinente con casi 6 millones de habitantes – la quinta ciudad más poblada del país. Es también una de las ciudades más modernas que hemos visto; abundan los centros comerciales, las tiendas de marca, Pizzahut, aceras, los chicos con sus portátiles y las mujeres en minifalda. Casi pensábamos que habíamos llegado a otro país, pero no había que ir muy lejos para volver a la India a la que estamos acostumbrados. Cuando fuimos a la estación de autobuses ya se ven vacas en la calle, el tráfico loco y el resto de las cosas que asociamos con la India.

Después de dos días en Bangalore cogimos un autobús (los trenes estaban todos llenos) con destino a Madurai, unos 400km al sur y 9h en autobús exprés. Madurai es una de las ciudades más antiguas de la India y está situada en la parte sur del Estado de Tamil Nadu. Los tamiles es una gente orgullosa de sus orígenes (son los descendientes de los habitantes originales de la India, antes de llegar los arios). Aquí está todo en tamil y las pocas palabras de hindi que habíamos aprendido no sirven de mucho.

La principal atracción de Madurai es el magnífico templo de Meenakshi Amman – un complejo que contiene 14 gopurams (torres- la más alta de 52 metros), un bazar, un museo y varios espacios sagrados donde no podemos entrar los no-hindúes. El templo data de principio del siglo XVII, pero es un lugar muy vivo hoy en día. El número de peregrinos que visitan el templo sobrepasa con diferencia al de turistas y por eso la experiencia es mucho más interesante. Aunque no pudimos entrar en la parte más interior del templo estuvimos rodeados de fieles encendiendo velas, entregando ofrendas, rezando y comprando dulces para ofrecer a los dioses (y comiéndolos después).

Aparte del templo Meenakshi, la ciudad de Madurai no ha sido de nuestras favoritas. Es muy ruidosa, hace mucho calor y parece que hay más mosquitos aquí que en toda la India (no olvidar el repelente)! Pero es una parada imprescindible en la ruta hacia el Sur. Nuestro hotel, el Madurai Residency, ha sido hasta ahora uno de los más caros pero no el que mejor relación calidad-precio ofrecía… Ya que no hay muchos turistas extranjeros los precios de la comida son auténticamente indios (por eso también es difícil encontrar algo que no pique). Hemos comido bastante bien y barato.

Precios medios en Madurai:
Comida india para dos: 2-3 euros
Entrada en templo Meenakshi: Gratuita la parte más externa, la parte interior 1 euro/pers y la cámera otro euro.
Autobús exprés deluxe Bangalore-Madurai (>400km): 15euros/pers

Una de las 14 gopurams (torres)

Un bazar dentro del templo

Ofrendas

Templo Meenakshi

Templo Meenakshi

Templo Meenakshi

Centro comercial en Bangalore

26 septiembre, 2011

En La India Profunda

22-26 de septiembre de 2011

Tras una semana de vacaciones bien merecidas en Goa seguimos nuestro recorrido por el Sur de la India. Siguiente destino: Hampi. De Margao cogimos un tren a Hospet (350 km =7h), la ciudad más cercana al pequeño pueblo de Hampi, a unos 30 min en rickshaw.

Nos encontramos con un pueblo muy muy rural y no lo habíamos esperado así. Es difícil creer que en el siglo XVI Hampi fuera una capital con medio millón de habitantes.  La calle principal de tierra, está llena de vacas, perros, gallinas y cabras (y algún que otro mono). También mucha pobreza. Detrás están unas pequeñas calles con algunas hostales, bastante básicos, restaurantes que no ganarían ninguna estrella Micheline y algún que otro cybercafé.  Quizás porque era temporada baja, pero Hampi es un lugar infinitamente más tranquilo que todos los sitios que hemos visitado en la India y la diversión nocturna consiste en mirar las estrellas o tomar un lassi en el tejado del hostal  (De hecho, por ser un pueblo con templos sagrados, están prohibidos el alcohol y la carne).

En el mismo pueblo hay un templo muy bonito (con un elefante llamado Laxmi que como cocos), pero las verdaderas maravillas están a unos kilómetros. Decidimos hacer un poco de deporte y fuimos andando a todos los sitios (unos 7km en total pero bastante pesado por el calor). El templo Vittala del siglo XVI es bastante impresionante (y su famoso carro hecho de piedra  que una vez caminaba de verdad). El recinto real unos kilómetros al sur tampoco decepciona. Estos son los únicos sitios en los que hay que pagar entrada. Pero en los alrededores de Hampi hay muchísimas ruinas, a veces incluso habitadas, situadas entre plantaciones de plátanos en un paisaje muy rocoso. Quizás esto es lo que más nos ha gustado de Hampi – ese ambiente tan rural.

Otro día alquilamos unas bicis para poder hacer más kilómetros. En un momento tuvimos que cruzar un río. Según el “oráculo” (nuestra inseparable Lonely Planet) se estaba construyendo un puente – vimos un puente pero estaba totalmente colapsado en la mitad así que cruzamos con las bicis en un pequeño barco. El otro lado era aún más rural, pasamos por pueblos sin huella de turismo y campos de verduras.

Nos quedamos en Gopi Guesthouse, en un sitio recomendado en la Guía que no está demasiado mal. Cenamos en el tejado todas las noches, en principio no pensamos que la comida fuera gran cosa pero después de unos días descubrimos que el listón no estaba demasiado alto aquí.

Para todos los que vengáis a Hampi: no os perdáis el mango lassi que preparan en el restaurante “Mango tree” en la orilla del río (se llama así porque el restaurante está debajo de un árbol de mango enorme).

Precios medios en Hampi:

Alquiler de una bici por un día: 70 céntimos

Habitación en Gopi Guesthouse: 10 euros

Entrada a al templo Vittala y Recinto: 4 euros

Con las bicis

Templo Vittala

Lotus Mahal

El carro de piedra

Cruzando el rio

Alrededores de Hampi

La calle principal de Hampi

Un hotel un poco rustico (no el nuestro)

Hampi

23 septiembre, 2011

Playa y pescadito fresco en Goa

15-22 de septiembre de 2011

Tras recorrer el Norte durante 6 semanas pensamos que nos merecíamos una semana de vacaciones “de verdad” antes recorrer el Sur.

La vieja colonia portuguesa de Goa nos pareció el sitio ideal. Playas preciosas, buena comida, un  ambiente “sosegado” y situado muy estratégicamente entre el Norte y el Sur. Hay playas dirigidas a un turismo tipo “todo incluido” y otras más estilo mochilero. Por supuesto optamos por el último y nos quedamos en Palolem, un pueblo un poco hippie con una playa larga y blanca.

De Mumbai (700km de Goa) cogimos un tren nocturno que llegaba a Canacona en el sur de Goa a las 3h de la mañana. Desafortunadamente, por una serie de factores, nos bajamos del tren cuando todavía faltaban 90 km para nuestro destino. El tren iba con mucho retraso pero como íbamos dormidos no nos enteramos y cuando sonó nuestra alarma pensábamos que estaríamos llegando.  No había nadie a quién preguntar y en la estación solo había carteles en hindi. Por lo cual, nos bajamos a ver si había alguien que nos podía confirmar si ya habíamos llegado y en 15 segundos el tren había arrancado otra vez. Así que allí nos quedamos. ¡El guardián de la estación tuvo que pensar que éramos unos pardillos! Nos abrió la salita de espera y allí esperamos hasta la mañana para coger un taxi que nos costó casi más que el tren J

Aparte de aquel incidente, nuestra semana en Palolem nos encantó. Septiembre todavía es temporada baja por el monzón, hay poca gente y mucha tranquilidad – el antídoto perfecto para las ciudades hiperpobladas del Norte. A veces cayeron chaparrones pero también pudimos tomar el sol – y en temporada baja los precios de los hoteles bajan un montón. Aprovechamos estos descuentos y nos quedamos en un hotel un poco mejor que normalmente costaba unos 50 euros/noche pero que nos dejó por 20. El Palolem Green Inn nos ha encantado, un poco apartado, habitación impecable y muy cómoda y con wifi gratuito.

También nos pegamos unas buenas comidas, sobre todo de pescado ya que llevábamos más de 6 semanas a dieta vegana. ¡Y menudo pescado! Super fresco, buenísimo a la plancha y no tan caro.

No tenemos mucho más que contar porque no hemos hecho más que tumbarnos en la playa, jugar a las cartas y comer bien. También hemos aprovechado el wifi gratuito del hotel para planear un poco el resto del viaje y organizar nuestra visita a la Fundación Vicente Ferrer en Anantapur.

El tiempo pasa demasiado rápido aquí; los días se podrían convertir en semanas muy fácilmente…Pero todavía nos faltan muchas cosas que ver y hacer en la India así que tenemos que aprovechar el tiempo – en Kerala esperamos volver a la playa de nuevo.

Precios medios en Goa:

Un banana lassi (batido indio) en un chiringuito en la playa: 70 céntimos

Una cena de lujo con pescado fresco: 8 euros

Habitación doble en Hotel Palolem Green Inn: 20 euros

Playa por fin!

Tren de noche Mumbai-Goa

Los primeros dias llovia mucho

Playa de Palolem

Pescadito fresco

Nuestro chiringuito favorito en la playa

12 septiembre, 2011

La verdadera esencia de la India en Varanasi

7-9 de septiembre de 2011

Decidimos volar de Khajuraho a Varanasi, y aunque nos ha costado bastante más que el autobús, ha valido la pena. En 40 min estábamos allí (comparando con 15h en un autobús público).

Varanasi es el corazón del hinduismo y una de las ciudades más antiguas del mundo. Aquí vienen millones de peregrinos para bañarse en el Ganges y de ese modo purificarse de todos los pecados. Es también un lugar especial para morir, porque la muerte aquí significa liberación del ciclo de renacimiento.

En los ghats de los crematorios nos explicaron cómo funciona todo el proceso. La familia del fallecido compra la madera (se necesita unos 360kg) y según los recursos es de un tipo u otro. La madera que mejor huele es el sándalo, pero la mayoría de la gente normalmente solo puede pagar un trocito. Las mujeres no pueden estar presentes en ningún momento aquí; primero porque se dice que son más emocionales y no van a aguantarlo y segundo (y esto suena bastante bárbaro) por que antiguamente, una vez fallecía el marido, la viuda quedaba desprotegida – así que a veces saltaba ella sola a las llamas, o si no, la familia del fallecido la empujaba. Esta práctica está prohibida desde hace mucho, pero por si acaso las cremaciones son todavía exclusivamente para hombres.
Después de unas tres horas ardiendo, el cuerpo se convierte en cenizas que se echan al Ganges. A los niños, mujeres embarazadas, monjes, leprosos y algunos grupos más no se les quema porque las cremaciones sirven para purificar y estas personas ya son puros por naturaleza. Por lo cual, se les suelta en el río con una piedra pesada atada a la cintura. Sin embargo, a veces se pueden ver cuerpos flotando lentamente corriente abajo.

Una de las mejores maneras de ver Varanasi es desde un barco (evitando los callejones), que recorre el Ganges facilitando la vista a la mayoría de Ghats. Hay dos momentos especiales: el amanecer y el anochecer. Nosotros hicimos los dos recorridos: al amanecer hay unas fotos espectaculares, y por la noche hay una magia especial.
Varanasi no deja indiferente a nadie y recomendamos la experiencia pero no es apta para cardíacos. Es muy probable que Varanasi sea la ciudad más sucia de la India. Algunos callejones son realmente terribles y las ratas no faltan (hasta los perros nos parecían más feos y sucios aquí).

Nos quedamos en el Hotel Alka, a lado del río, un pequeño oasis en el caos. Aquí conocimos a tres chicas catalanas. Primero a la periodista Lali que nos rescató el primer día en Varanasi y luego a Cynthia y Montse, dos bailarinas que nos acompañaron hasta Mumbai. ¡Gracias chicas por compartir estos días con nosotros!

Precios medios en Varanasi:
Viaje de 1 h en barco por el río: 1 euro
Habitación doble con A.C en hotel Alka: 15 euros

Viaje en barco por el Ganges

Calle de Varanasi

Con Lali

Varanasi

Crematorios

Ganges

6 septiembre, 2011

Agra; más que el Taj Mahal

1-3 de septiembre de 2011

Una parada obligatoria para cualquier turista a la Norte de la India es la ciudad de Agra. Muchos vienen solo en una visita express de un día desde Delhi para ver el Taj, pero la verdad es que esta ciudad tiene más cosas que ver y hacer, por lo menos suficientes para un par de días. En principio teníamos pensado quedarnos solo 1 día y medio, pero al final fueron un día más, esto se debía, entre otras cosas, al alojamiento excelente que habíamos encontrado.

 

Tumba de Akbar

Llegamos de Jaipur un jueves a mediodía, y como el Taj cierra los viernes, tuvimos que salir nada más dejar nuestras maletas en la habitación. Justo era hora punta… Hacía muchísimo calor y había gran cantidad de visitantes, sobre todo turistas indios. Nos habían recomendado ir temprano, justo cuando abren a las 6h de la mañana, pero no fue posible. De todos modos, visto desde lejos es un sitio tan impresionante como uno se imagina, pero desde cerca es simplemente increíble. Eso sí, eso uno de los monumentos más caros de la India para los turistas extranjeros pero habrá poca gente que se lo piensa  Además, este precio incluye una bolsita con una botella de agua y unos cubre zapatos para entrar dentro (porque si tienes que dejar los zapatos fuera entre los miles de pares que hay allí será difícil encontrarlos).

 

El segundo día en Agra hicimos una ruta en taxi, porque de esa manera nos ahorrábamos tiempo y pudimos ver Fatehpur Sikri, la tumba de Akbar y el Baby Taj en un día. La primera parada fue Fatehpur Sikri, a unos 40 km de Agra, la antigua capital del imperio mughal. En la plaza de la mezquita nos encontramos con que había una especie de feria. Allí está enterrado un hombre santo que hizo realidad a uno de los deseos del emperador Akbar (tenía tres esposas pero quería tener un hijo). Por lo visto el hombre santo se murió el día 28 de Ramadán y todos los años en esa fecha hay una gran peregrinación a la tumba para dar una donación y pedir un deseo. Así que, recién terminado Ramadán, hicimos como los peregrinos; cogimos un hilo rojo y lo atamos a una de las ventanas, tres nudos para los tres deseos.

Como al final teníamos un día más en Agra, dejamos la fortaleza para el último día. Esa una construcción bastante impresionante también y desde sus murallas se puede ver el Taj Mahal a distancia.
Nuestras últimas palabras sobre Agra tendrán que ser sobre el alojamiento. Es un “homestay”, o sea, no un hotel sino la casa de una familia. Allí comimos el mejor desayuno del viaje y vimos como se preparan las “paranthas” – pan indio que se hacen en la sartén. Estuvimos super a gusto en Palm Stay y lo recomendamos para cualquier visitante a Agra. ¡Gracias a Varun y su amable familia!

Precios medios en Agra:
Entrada al Taj Mahal para turistas extranjeros: 12 euros
Habitación doble en Palm Stay con desayuno, té y snacks incluidos: 22 euros

 

Los hilos rojos en Fatehpur Sikri

 

 

 

El Taj

 

 

 

Fatehpur Sikri

Baby Taj

Agra Fort