14-27 de octubre de 2011
Las últimas dos semanas en Ia India las tomamos de vacaciones. Tras recorrer India del Norte al Sur por carreteras polvorientas (bueno, también hemos hecho trampa y hemos cogido aviones…) teníamos ganas de descansar. Aparte de la semana en Goa no nos hemos quedado fijos en ningún sitio más de 4 días. Y los siguientes dos meses por Tailandia, Laos y Camboya serán bastante intensos. Así que, de Alleppey cogimos un tren de 2 horas (2ª clase- 50 céntimos) hacia el sur dirección Trivandrum (desde donde volaremos a Singapur).
Varkala es un pequeño pueblo situado sobre un acantilado. Bajando unas escaleras bastante empinadas se llega a la estrecha playa. La playa no es una de las mejores de la India, hay que tener cuidado porque a veces vienen olas que llegan hasta la base del acantilado y moja todo en su camino (toallas y gente tomando el sol incluidas). El pueblo está muy orientado al turismo mochilero: aquí encuentras los mismos restaurantes tibetanos, las tiendas de pashminas y de intercambio de libros, cíbers, clases de yoga, capuccinos decentes y rollos de papel higiénico, y por supuesto el típico “Rickshaw, madame?”. Y los mochileros también parecen los mismos de otros “Backpackistans” como Leh, Goa, Hampi o Dharamsala excepto que ahora llevan bañador.
Es un buen sitio para recargar las pilas, comer bien y tomar el sol. Hemos deshecho las mochilas por completo por primera vez, hemos dejado toda nuestra ropa al servicio de lavandería y hemos hecho inventario de las cosas que tenemos y que pueden hacernos falta, o que ya no nos harán falta (¡adiós salwar kameez!). En el hotel tenemos internet sin interrupciones así que lo hemos utilizado para planear la siguiente etapa del viaje (y un Plan B si la situación de las inundaciones en Tailandia no mejora).
También aprovechamos de este nuevo tiempo libre a hacer un programa ayurvédico de detox (desintoxificación) de 7 días de duración. Cada día nos tocaba un masaje y tratamiento distinto por la mañana, y a veces también algo por la tarde. A Raúl le hizo mucha gracia la mascarilla facial ya que no se había puesto una en la vida. También aprovechó y se cortó el pelo. Durante este tiempo seguíamos una dieta vegana (sin carne, pescado, huevos ni lácteos). ¡La verdad es que nos sentimos como nuevos!
Como íbamos a quedarnos unas dos semanas, buscamos opiniones en Internet para elegir un buen hotel. En Tripadvisor encontramos el pequeño Karthika Plaza, con muy excelentes opiniones (incluso de una sueca que se había quedado 4 meses), y la verdad es que fue todo un acierto. Aunque está un poco apartado de la playa, el dueño, Rajeesh, nos lleva y recoge en su coche en cualquier momento, además de llevarnos a hacer excursiones por los alrededores.¡ Y los desayunos están buenísimos! Durante los primeros 10 días estuvimos solos en el hotel, así que toda la atención era para nosotros, incluso una noche nos llevó a su casa a cenar comida típica… Un 10 para Rajeesh y el Karthika Plaza!
Un día mientras volvíamos a nuestro hotel un rickshaw paró delante de nosotros y (¡sorpresa!) salieron Yara y Raquel, dos chicas que habíamos conocido en Anantapur unas tres semanas antes. Pasamos algunas tardes con ellas, compartiendo nuestras últimas experiencias- cogimos diferentes rutas después de visitar la Fundación, ellas hacia el este y nosotros hacia el sur y el oeste. También nos encontramos con una pareja israelí-letona que habíamos conocido en Kochi y cenamos con ellos un par de veces. Parece que todos los caminos llevan a Varkala…
Precios medios en Varkala:
Programa de detox de 7 días de duración: 150euros/pers
Corte de pelo (y afeitado) en una peluquería masculina: 1,5 euro
Puesta de sol sobre el Arábico
De paseo
Con Yara y Raquel en nuestro tibetano favorito
Raúl poniéndose guapo
Nuestro hotel
Varkala Cliff
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