Un poco de turismo urbano: Arequipa – Lima
7- 14 de octubre de 2012
Tras otro viaje en autobús de noche llegamos tempranito a Arequipa, la segunda ciudad de Perú, con casi un millón de habitantes. La altura es menor que en Cuzco, a 2300 m el clima es más agradable que en el altiplano.
Arequipa está en medio de un caldero geológico, rodeada por volcanes y los cañones más profundos del mundo. De hecho, cada día se registran unos 15 temblores leves (nosotros no notamos nada), y cada siglo ha habido por lo menos un terremoto fuerte que ha reducido la ciudad a escombros (el último grande fue en 2001). Desde la terraza de nuestro hostal teníamos unas vistas de los picos que rodean la ciudad- algunos de ellos son seismiles.
Teníamos muchos planes para nuestros días en Arequipa; que si íbamos a hacer trekking de varios días en el cañón del Colca o si subíamos el volcán Misti de 5800 m… Pero al final pasaron los días y no hicimos casi nada…hmm… creo que el viaje por fin está pasando factura. Pasamos unos días de turismo urbano muy agradables, en un buen hostal y con buena comida en un restaurante vegetariano (un chollo total) y algunas atracciones como el Convento de Santa Catalina.
La entrada al convento es un poco cara (10 euros) y aunque estés harto de ver edificios coloniales, este monasterio no se puede pasarse por alto. Es como una ciudad dentro de la ciudad, con pequeñas calles adoquinadas, plazas con árboles frutales, bonitos patios, claustros y muchos geranios. Durante siglos vivían aquí monjas de clausura, mujeres de familias ricas que mantenían sus costumbres dentro del convento. Cada una vivía en su propia casita y tenía sirvientas que cocinaban y lavaban la ropa. Las monjas solamente tenían que meditar, rezar y charlar con sus vecinas. Esto continuó durante siglos hasta que el Vaticano puso fin a estas prácticas, y la vida de las monjas se volvió mucho más austera. Desde los años 70 es un museo y la verdad es que está muy cuidado. Nos recomendaron ir un martes o jueves, cuando abren hasta las 20h. Cuando empieza a oscurecerse las calles se iluminan con velas y faroles y parece que de verdad estás caminando en un pueblo medieval.
En Arequipa también celebramos el 30 cumpleaños de Raúl y nos fuimos a comer a un sitio francés unos crepes riquísimos (por supuesto hubo postre después: Volcán de Chocolate- también conocido como Chocolatíssimo en Gino’s). Después de 4 días de buena vida en Arequipa cogimos otro autobús de noche, con destino Lima, a 1000km de distancia.
Esta vez fuimos con Cruz del Sur, la mejor compañía de autobuses en Perú (y probablemente la más cara). Pero como el tramo entre Arequipa y Lima es accidentado y ha habido problemas con secuestros y robos, decidimos pagar un poco más e ir tranquilos. Y la verdad es que te cuidan mucho: nuestro bus olía a limpio (¡incluso el baño!), te dan una cena caliente (similar a la de un vuelo), las pantallas funcionan para ver pelis y hay hasta wifi.
El viaje a Lima duró unas 16 horas, y en la terminal de Cruz del Sur de Lima nos esperaba nuestro pick-up para llevarnos al hostal. En Lima por lo visto hay muchos taxis poco oficiales y no es muy recomendable subir a cualquiera, sobre todo si vas con todas tus pertenencias.
La verdad es que nuestras expectativas de Lima no eran muy altas. A ninguno de los viajeros que habíamos conocido en Sudamérica le había gustado la ciudad, y por lo que nos contaban, sonaba a un sitio gris y peligroso. Sólo pasamos dos noches aquí, pero nuestra impresión fue bastante mejor. No tan cosmopolita como Buenos Aires, ni tan espectacular como La Paz, pero tiene sus lados bonitos.
Nos alojamos, como muchos mochileros, en el barrio residencial de Miraflores. Este barrio está a unos 7 km del centro de Lima, cerca de la costa y tiene todo tipo de restaurantes, cafés y centros comerciales. También es uno de los barrios más seguros de Lima, incluso por la noche. Una mañana nos fuimos al centro en micro (el sistema de transporte por excelencia en Sudamérica: minibuses que hacen una ruta fija donde puedes subir y bajar en cualquier momento). Comparado con otras capitales que hemos visitado en el continente, el centro de Lima no impresiona mucho. Hay algunos edificios coloniales alrededor de la Plaza de Armas y unas iglesias bonitas, pero nos pareció que no tenía tantos atractivos como otras ciudades, como por ejemplo la bonita Arequipa. Estuvimos esperando un rato en el punto de encuentro para los tours gratuitos (como en muchas otras capitales son gente joven que trabaja a base de propinas), pero no apareció nadie, así que nos fuimos a comer ceviche (pescado crudo macerado), el plato limeño por excelencia – y nuestro estómago no sufrió ningún efecto no deseado.
El resto del tiempo en Lima lo pasamos en los barrios de Miraflores y Barranco (el barrio bohemio de Lima), paseando a lo largo de la costa, y tomando un buen café en el café Havanna (cadena que conocimos en Argentina) en centro comercial LarcoMar, situado verticalmente en un acantilado y con vistas espectaculares de la costa.
Tras estas 48 horas en Lima tocaba otro autobús de noche, 15h hasta la ciudad de Piura en el norte de Perú. De allí nos iríamos directamente a la frontera ecuatoriana. La verdad es que no tenemos la sensación de haber conocido Perú, como por ejemplo teníamos en Bolivia o Argentina. Pero es difícil conocer una país del tamaño de España y Francia juntas en solamente dos semanas y media. Nos faltaron muchos lugares por conocer, como por ejemplo Huaraz donde se supone que se puede practicar el mejor trekking andino del continente, o la cuenca del Amazonas que ocupa más de la mitad del país. Pero queríamos tener el tiempo suficiente para ver algunos sitios de Ecuador, sin tener que correr mucho. Así que tenemos excusa para volver algún día a Perú – ¿quién quiere acompañarnos?
Precios medios:
Habitación doble en la posada “Casa de Ana” (con super desayuno incluido): 25 euros/noche
Menú del día en restaurante vegetariano Mandala en Arequipa: 2 euros
Viaje en autobús Arequipa – Lima con Cruz del Sur: 30 euros
Habitación doble en hostal normalito en Lima: 20 euros
Plato de ceviche en un restaurante limpio: 2,5 euros
Viaje en autobús Lima – Piura con Cruz del Sur: 27 euros
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