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10 febrero, 2012

Nuestros favoritos del Sureste Asiático

Hemos pasado tres meses y medio en el Sureste Asiático. Innumerables templos, muchos viajes en tuk-tuk y, por lo menos, un plato de arroz frito al día.
No nos sorprende nada haber comprobado que esta zona es el número uno de destinos mochileros en el mundo. Templos en la jungla, preciosas playas de arena blanca, miles de cursos, excursiones, actividades y aventuras y lo que sin duda alguna tiene que ser la mejor relación calidad-precio del mundo (y no sólo hablando de comida).

Aquí vienen nuestros favoritos del Sureste Asiático- SEA- sin ningún orden en particular:

Angkor Wat (Camboya) Si, los vendedores son feroces y los conductores de tuk-tuk más pesados que en ningún sitio, pero, estos majestuosos templos que han resistido las fuerzas del tiempo y de la naturaleza, son de visita obligatoria al SEA.

Experiencia Gibbon (Laos). Tirándonos al vacio con la tirolina, durmiendo en una cabaña en un árbol a 30 m del suelo y despertándonos con los cantos de los gibones.

Chiang Mai (Tailandia). Esta ciudad del norte de Tailandia es uno de los pocos sitios donde hemos pensado “hmmm, aquí podríamos vivir…”. Comida increíble y barata, un clima agradable, cultura interesante, los mejores masajes thais del país, suficientes cursos y actividades para años, y naturaleza y montañas a la esquina.

Singapur. El antídoto perfecto tras 3 meses en la caótica India! Rascacielos, centros comerciales de ocho plantas, pasos de cebra, aceras y todo brillando relucientemente.

Ubud (Indonesia). La capital cultural de Bali es como una Chiang Mai indonesia. Rodeada de verdes campos de arroz, con cientos de sitios carismáticos y baratos donde comer y alojarse, Ubud es el sitio perfecto para sumergirse en la cultura balinesa. Durante el día, paseos por el campo, cursos de comida balinesa o de batik y yoga, y por la noche, espectáculos de baile y ceremonias. No es extraño que la gente vuelva año tras año.

Cueva Kong Lo (Laos). Fue toda una aventura sólamente llegar a este sitio remoto de Laos, y otra aventura pasar por esta cueva de 7 km de longitud en un barquito inestable y casi en total oscuridad.

Playas de Ko Phi Phi (Tailandia). Nuestra primera impresión cuando llegamos a Ko Phi Phi fue… WOW! Votadas como las playas más bonitas de nuestro planeta, no pudimos más que estar de acuerdo.

Comida de la calle (¡todos los países!). Comer en el SEA es toda una gran (y baratísima) experiencia. Nuevos sabores y olores (y colores), y hay cosas para todos los gustos (incluido cucarachas fritas y huevos “embrión”).

Volcanes de Java (Indonesia). No importan el madrugón ni el pelete, cuando sale el sol todo es revelado- picos de miles de metros que echan humo, y debajo, la jungla, todavía entre la niebla.

Playa de Ko Phi Phi (Tailandia)

Chiang Mai (Tailandia)

Mt Merapi (Indonesia)

Cueva Kong Lo (Laos)

Singapur

Comida callejera (Tailandia)

Angkor Wat (Camboya)

Baile balinés en Ubud (Indonesia)

Experiencia Gibbon (Laos)

9 febrero, 2012

Breve visita a Kuta (última parada en Asia)

4-8 de febrero de 2012

Después de más de una semana de paseos entre campos de arroz, bailes, restaurantes, cafés y algún que otro festival, llegó el momento de despedirse de Ubud. Cogimos el autobús dirección Kuta (allí coincidimos con una chica española), donde llegamos en poco tiempo (la isla de Bali no es tan grande).

En un primer momento, pensamos que habíamos llegado a “Benidorm”: una playa larguísima, llena de sombrillas; muchos restaurantes no demasiado baratos, bares y vendedores en la playa. ¡Ya echábamos de menos Ubud!

Los cuatro días que pasamos allí fueron bastante tranquilos: paseos matutinos por la playa, excursiones culinarias a Seminyak (el barrio “pijo” de Kuta, con una mayor variedad de restaurantes) y baños en la piscina del hotel. Uno de los días además quedamos a comer con Dan, escritor del blog “Tropical MBA”, que leo a menudo, quien nos contó que lleva ya algún tiempo viviendo en Bali.

No podemos decir que Kuta vaya a hacerse un hueco en nuestra lista de lugares favoritos. La playa estaba sucia, los restaurantes eran caros y la comida (salvo honrosas excepciones) no demasiado buena, y los vendedores especialmente insistentes. No obstante, pasamos unos días agradables y relajantes. Nos estábamos concienciando, porque acababa nuestra aventura asiática (después de poco más de 6 meses), y estábamos a punto de visitar un nuevo continente…

8 febrero, 2012

Ubud: corazón de la cultura balinesa

24 de enero- 4 de febrero de 2012

El turismo a Bali tiene básicamente dos vertientes. Mucha gente sólo conoce una de ellas: las playas con surfing y mucha marcha- una Ibiza en el mar de Java. Pero la otra es igualmente interesante (a su manera), y es la capital cultural de Bali, Ubud.

Aquí nos quedamos mucho más de lo que habíamos pensado inicialmente. Hay un número infinito de alojamientos buenos y baratos (y algunos no tan baratos); nosotros nos quedamos en el centro de Ubud, en un “homestay”. Teníamos un pequeño bungalow para nosotros solos, dentro de un complejo (con templo incluido) donde vivía una familia multigeneracional y numerosa. Los desayunos nos los servían en nuestra terraza y consistían en crepes y frutas tropicales.

La comida es otra razón por la que quedarse tiempo en Ubud. Decenas de restaurantes para todos los gustos y bolsillos, muchos de ellos con un componente ecológico/vegetariano/de comercio justo/vegano/macrobiótica/yóguica – sí, el ambiente es bastante “new age” o alternativo. Teníamos que ejercer mucho autocontrol para no gastar todo el presupuesto diario en comida, normalmente lo que hacíamos era hacer una comida barata (un plato indonesio en algún warung) y luego cenábamos en un sitio guay (enchiladas con guacamole, couscous, pasta primavera o hamburguesas de soja- también hay chuletones para los carnívoros), con algún que otro cappuccino.

La fascinante cultura balinesa, en una miríada de formas, es la atracción principal de Ubud. Hay cursos de pintura, batik, joyería, cocina, música y muchas otras cosas. También es un buen sitio para hacer yoga y meditación (probamos por primera vez la meditación tibetana con cuencos). Por las noches hay espectáculos de baile de varios tipos. Fuimos a ver el baile sobre fuego -el Kecak- y otro llamado Barong con unos trajes muy coloridos (fotos abajo).

Tuvimos la suerte de estar presentes durante una de las fiestas más importantes de Bali, el Galungan, que ocurre cada 210 días. Lo que se celebra durante varios días es el descenso a la tierra de los antepasados y de los dioses, que durante su estancia tienen que estar cómodos y se les presenta mucha comida y otras ofrendas continuamente. Para poder entrar en los templos nuestra familia nos prestó ropa tradicional (también, fotos abajo).

Siendo Galungan o no, la religión en Bali es muy muy importante. Se estima que las mujeres utilizan un tercio (¡!) de su tiempo despiertas en preparar ofrendas, atender ceremonias o limpiar después de las ceremonias. Lo podíamos observar en el hostal. Para alguien de fuera, todos los rituales que hacen durante el día resultan confusos e incomprensibles. Básicamente nos parecía que consistía en llevar ofrendas a los antepasados en el templo familiar, ofrendass en el templo comunitario y ofrendas en la calle, e incluía a todos los miembros de la familia (desde los nietos a los abuelos).

Después de unos días, ¡la sobredosis cultural es un hecho! Y el antídoto está a la vuelta de la esquina: verdes campos de arroz, senderos, ríos y montañas para explorar a pie o en bici.

Por último, Ubud es un buen sitio para mimarse.  Aprovechamos para darnos unos cuantos masajes balineses y ¡para cortarnos el pelo por fin!

Sabías que… la mayoría de balineses, tanto hombres como mujeres, se llaman o Wayan, Made, Nyoman o Ketut (significando el primero, segundo, tercero y cuarto- refiriéndose al orden de nacimiento). Por lo tanto, es perfectamente normal que un hombre llamado Wayan se case con una mujer llamada Wayan y, como no, que su primer hijo/hija se llame Wayan.

Para leer:Come, reza, ama de Elizabeth Gilbert

Gastos en Ubud:

Masaje balinés de 1 hora: 5 euros

Espectáculo de baile: 7 euros

Habitación con desayuno en un “homestay”: 15 euros

Corte de pelo: 3 euros

Comida barata para dos en un warung: 2-3 euros

Comida internacional para dos en un restaurante guay: 10 euros

Vestidos para la ocasión

Galungan: ofrendas preparadas por la familia

Ofrendas en la calle

El misterioso baile Kecak

Baile Barong

Baile Barong

Verdes alrededores de Ubud

En la pelu

LA comida vegetariana abunda en Ubud

27 enero, 2012

Norte de Bali y el café más caro del mundo

19-24 de enero de 2012

Después de la paliza de viaje contado en el post anterior, llegamos por fin a Bali. Mucha gente que hemos conocido por el camino nos ha hablado maravillas de esta isla, y parece una parada obligatoria en cualquier viaje por el Sureste Asiático, así que teníamos muchas ganas de conocerla.  Aunque al lado de las otras islas colosales vecinas, Bali parece pequeña en el mapa, pero es 4 veces más grande que Gran Carnaria y tiene muchas caras- las playas en el sur son para el turismo de masas, la costa norte es más relajada y recibe un turismo más mochilero, y en el interior hay volcanes, lagos, senderismo genial  y una cultura fascinante.

Las primeras noches las pasamos en la costa Norte, en una zona de playas llamada Lovina. Desafortunadamente llovía casi todo el tiempo; durante el único rato que parecía que se estaba aclarando cogimos unas bicis para dar una vuelta y volvimos empapados de barro hasta el moño. No es un lugar del que hablaremos a la vuelta, pero estuvo bien para un par de días de relax.

De Lovina cogimos un autobús (1h) hacia las montañas y el pueblo de Candi Kuning. La razón por la que vienen turistas extranjeros e indonesios aquí  es un templo hindú, Pura Ulun Danao Bratan, del siglo XVII. Situado en una pequeña isla en un lago rodeado de montañas verdes, es muy fotogénico (incluso está impreso en los billetes de 50 000 rupiah). Nos parecía un lugar espiritual muy interesante – y con mucha vida (no en estado de ruinas, sino un lugar sagrado en la actualidad). Ya que era fin de semana, cientos de hindúes devotos vestidos de manera tradicional habían venido para una especie de ceremonia; había música y olor a incienso en todos lados. La primera impresión nos ha recordado bastante a la India. Después de la ceremonia, los chicos se quedaron a pescar a la orilla del lago y familias hacían picnic en el césped.

La mayoría de la gente visita Pura Ulun como parte de una excursión organizada desde la costa. Nosotros decidimos quedarnos allí la noche y fue todo un acierto (todo menos el hotel- ya lo veréis). A mediodía había bastantes visitantes, pero por la tarde parecía que éramos los únicos extranjeros en todo el pueblo, y esto no suele pasar muchas veces en esta ruta tan concurrida. Llegando la noche, nos fuimos a buscar un sitio para cenar. El listón no estaba muy alto (ni los precios). Al final tomamos cado uno un buen plato de nasi goreng, en un warung. Warung (que en el resto de SE Asiático es conocido como “casa de tallarines”) es el nombre para los sitios más sencillos y baratos, el menú está bastante limitado y aún más para dos vegetarianos (lo más seguro es ir a por un nasi o mie goreng- arroz o tallarines fritos con un poco de verdura y huevo).

Nos quedamos en un sitio cutrecillo… Definitivamente está en el Top 3 de los peores hoteles de estos últimos 6 meses. El baño parecía un baño público (y no uno de Singapur)! Pero lo peor pasó cuando empezó a llover a cántaros a medianoche- descubrimos que el techo no era muy sólido… También nos dimos cuenta de que alquilaban habitaciones por hora. Sorprendentemente no vimos ningunos bichos variados que suelen acompañar este tipo de sitios- ni en la cama ni en el baño!

La siguiente mañana salimos corriendo del hostal e intentamos buscar algún tipo de transporte público que fuera a Munduk, el siguiente destino. Nos dijo la gente que no, que no había ningún bemo a Munduk y que teníamos que coger un coche. No sabíamos ya que pensar, pero no teníamos ganas de quedarnos al lado de la carretera toda la mañana con esas nubes tan oscuras encima de nosotros. Al final un hombre se ofreció a llevarnos en su coche por 15 euros (precio guiri total 🙂 ).

Munduk, otro pueblo precioso en las montañas balinesas nos ha gustado mucho. Lo primero que hicimos fue buscar un sitio sin bichos ni goteras pero sí con agua caliente, y lo encontramos en una ladera de la montaña con bonitas vistas. Hicimos una buena ruta de senderismo para ver unas cascadas y casi nos perdimos en el bosque con el mapa hecho a mano que nos dieron en el hotel (digamos que nos tenían mucha idea de las escalas).

Después de esa aventura nos merecíamos probar lo que se supone es uno de los mejores cafés del mundo- y el más caro: el café Luwak, de cosecha local. El Luwak (gato civeta), que se alimenta de los granos de café, que mezclados en su estómago con otras plantas que come, hace que pierda el sabor amargo característico del café. Los granos de café son expulsados (ya imagináis cómo) enteritos, y una vez limpiados higiénicamente (o eso esperamos), se tuestan, y están listos para molerse y llevar a la taza.

Para prepararlo se usa la manera tradicional, con una cafetera especial, calentada con un pequeño quemador, y el agua es mezclada varias veces con el café molido.

Es paradójico que lo que ahora es el café más caro del mundo, fuese descubierto por algunos habitantes de Bali, que siendo tan pobres, no podían permitirse comprar café, así que cogían el que encontraban en el campo previamente digerido por el lewak. Quizás puesto así no suene muy apetitoso, pero estaba muy rico! Y con el precio que tenía, nos bebimos hasta la última gota.

Sabías que… Aunque la población de Bali es en su mayoría hindú, no es más que una gota en el mar del país con más población musulmana del mundo (220 millones).

Gastos:

Un espresso de Kopi Lewak: 4 euros

Habitación terrible en Candi Kuning: 6 euros

Habitación maravillosa en Munduk: 22 euros

Un plato generoso de Nasi Goreng en un warung: 80 céntimos

Playa en Lovina

Pura Ulun Danu Bratan

Pura Ulun Danu Bratan

Gente congregando en Pura Ulun Danu Bratan

El espartano baño del hotel

Calle principal de Candi Kuning

Esperando la cena en un warung

Nasi goreng y mie goreng

Allí está la cascada, pero como volvemos?

Encontramos la segunda cascada

A punto de probar una delicatessen!

La manera tradicional de hacer kopi luwak

24 enero, 2012

Visita al Monte Bromo

18-19 de enero de 2012 

Si uno mira las noticias recientes de Indonesia (el cuarto país más poblado del mundo), las perspectivas no son muy buenas: erupciones volcánicas (es el país con más volcanes activos del mundo), terremotos, un tsunami, ataques terroristas, frecuentes accidentes de coche, naufragios de barcos, e incluso tenemos al dragón de Komodo, un reptil de hasta 3 metros y 100 kg, cuya mordedura puede ser mortal. Toda una joyita, vamos (esperemos que nuestros padres no estén leyendo esto). La parte buena es que nos hemos sentido millonarios por un día, después de sacar 2 millones de rupias del cajero automático (cerca de 180 Euros al cambio).

Sin embargo, las miles de islas (11.000 deshabitadas, y 6.000 habitadas) de este país (muy seguro, a pesar de la mala publicidad) están llenas de lugares fascinantes: uno de ellos, en la isla de Java, es el Monte Bromo  (Gunung Bromo), un volcán activo que entró en 2010 en erupción. El paisaje es una mezcla entre la superficie lunar y el reino de Mordor.

Ya que está situado convenientemente de camino a la Isla de Bali, decidimos hacer una parada en el viaje desde Yogyakarta. Podíamos hacerlo por nuestra cuenta o, como la mayoría de turistas, contratar un tour que se ocupara de todo. Después de leer toda la información, nos decantamos por el viaje organizado, debido a que de lo contrario había que quebrarse demasiado la cabeza para encajar todas las piezas.

El minibús nos recogió de nuestro hotel a las 7.30 de la mañana; e hicimos el viaje en compañía de un chico ruso y tres francesas, y hasta las 9 de la noche no llegamos a nuestro hotel (tuvimos que insistir a nuestro chófer para que hiciera una parada para ir al baño, casi no quería parar). Aunque estábamos cerca del ecuador, al estar nuestro hotel a más de 2.000 metros, hacía un buen pelete, y tuvimos que abrigarnos bien.

Unas horas más tarde, a las 4 de la mañana, nos recogió nuestro jeep para llevarnos a un mirador donde ver la salida del sol, con el monte Bromo al fondo. ¡Una vista mágica, y un frío del carajo, hubo que abrigarse hasta las orejas! Una hora más tarde, el mismo jeep nos llevaría hasta la base de otro de los volcanes, en el que se puede subir hasta el mismo cráter. A la bajada, Hanna aprovechó para probar una de las atracciones turísticas, y volvió a caballo. Después de eso, sobre las 8 de la mañana, volvimos al hotel, desayunamos, terminamos las maletas y a las 9 nos recogió el autobús destino a la Isla de Bali.

En un primer momento nos habían dicho que llegaríamos sobre las 4 de la tarde a Lovina (nuestra primera parada en Bali), y que el viaje sería directo, pero como ya sabemos aquí que los horarios son flexibles, nos olíamos que sería algo más. Efectivamente, a las 5 de la tarde aún no habíamos cogido el ferry, y hasta las 11 (con cambio horario incluido, ya que Java tiene diferente zona horaria que Bali) no llegamos al hotel (previo cambio imprevisto de autobús a una furgoneta local). Para entonces, después de pasar todo el día sentados, teníamos “el culo plano”. Afortunadamente, el hotel en Lovina era bastante acogedor y ofrecía masaje balinés. Pero esto, querido lector, es material para otro post en el blog.

Gastos:

Tour a Bromo (hotel y viaje a Bali incluido): 45 euros

Entrada a Mt Bromo: 2,5 euros

Bajada a caballo: 2 euros

Otro precioso amanecer digno de un buen madrugón

Por fin encontramos a alguien que nos hace una foto!

Ha salido el sol y ya toca bajar

Subida al cráter

¿Indonesia o Mordor?

El jeep de los años 60

Bajando a caballo

Ferry a Bali

En el ferry a Bali con Java al fondo

20 enero, 2012

Volcanes y templos en Yogyakarta

14-19 de enero de 2012

Tras pasar la noche en el terminal “Low Cost” de Kuala Lumpur cogimos el vuelo a Yogyakarta, unas 2,5 horas. Para Indonesia se necesita un visado, pero afortunadamente es un trámite fácil que se arregla al llegar. Unos minutos en la cola para inmigración y 25 dólares más pobres, salimos con un sello en nuestros pasaportes que nos vale durante 1 mes.

Yogyakarta (también abreviado Yogya), es la capital cultural de Java, y es conocida por sus bailes tradicionales, tiendas de batik y marionetas. ¡También es la única ciudad en Java que es gobernado por un sultán! La parte vieja donde vive el sultán se llama el Kraton y se puede visitar. Nos enteramos que allí viven alrededor de 25000 personas (y de manera totalmente gratuita si trabajan para el sultán!!). La verdad es que el kraton en sí no tiene tantas cosas interesantes para ver, pero como fuimos un domingo había un espectáculo de baile tradicional. También conocimos a muchos indonesios jóvenes (y sobre todo, indonesias) que estaban allí de visita y que aprovechaban para hablar inglés. Preguntaron cuántos años teníamos, si éramos pareja, por qué no teníamos hijos, si teníamos facebook y cuáles eran nuestros “hobbies”, entre otras cosas.

Aunque las tradiciones siguen fuertes en Yogya, también es una ciudad moderna, y con casi 1 millón de habitantes, bastante caótica. El medio de transporte ideal en Yogya es el becak, una bici a la que se ha incorporado una silla para dos en la parte delantera. Nuestro hostal, el ViaVia guesthouse, estaba en un callejón tranquilo pero no demasiado lejos de la acción. El hostal es parte de una organización que promueve la protección del medio ambiente, comercio justo y la igualdad. Utilizaron materiales reciclados para la construcción del hostal; lo mejor fue nuestro “baño de la jungla”, al aire libre y con paredes de bambú! También tienen un restaurante, y fuimos allí casi todos los días para probar el plato vegetariano indonesio del día.

Cerca de Yogya se encuentran dos destinos turísticos bastante importantes: El complejo budista de Borobudur y el templo hindú de Prambanan, ambos datan del siglo 9 A.C . Se ven mejor en una excursión combinada que además de llevarte a estos dos sitios sube a un mirador para ver el amanecer y para en un par de templos menores por el camino. Sinceramente, tras ver los templos de Angkor en Camboya, estos monumentos no nos han parecido tan impresionantes, ¡pero con eso no queremos decir que no vayáis a verlos!

Lo que sí que es único es el paisaje. Rodeados por volcanes y escondidos en la niebla entre jungla y campos de arroz. Desde luego, Java es un punto caliente con 20 volcanes activos. Uno de ellos, el Monte Merapi, está cerca de Borobodur y echa humo continuamente. Gunung Merapi, como se llama aquí, significa «Monte de Fuego». Una erupción en 2006 mató a miles de personas y desde entonces el gobierno ha intentado evacuar a la gente que vive en las laderas de la montaña. Poco después de la erupción hubo un gran terremoto que mató a otros miles de personas y dejó uno de los templos de Prambanan en ruinas (y es decir algo, ya que había resistido las fuerzas de la naturaleza durante casi 3000 años). Después de esta excursión la verdad es que sentimos que estábamos encima de un caldero.

La primera impresión de Indonesia ha sido su diferencia al resto de países del sureste asiático que hemos visitado, si algo, un poco parecido a Malasia. En vez de wats hay mezquitas, en vez de monjes hay mullahs y la voz del almuecín es la banda sonora nacional! También hay un alfabeto occidental y gracias a esto, en un par de días hemos aprendido por lo menos una veintena de palabras (casi todas relacionadas con la comida)

Sabías que… La isla de Java es el sitio más densamente poblado del planeta. En una quinta parte de la superficie de España vive más de 120 millones personas. Solamente la capital, Yakarta, tiene casi 19 milliones de habitantes.

Gastos medios:
Visado a Indonesia (validez 1 mes): 25 USD
Plato vegetariano del día en ViaVia: 2 euros
Viaje medio en becak en Yogyakarta: 1 euro
Excursión a Borobudur y Prambanan con entradas incluidas: 40 euros

Un becak

Mt Merapi en la distancia

Con nuestras nuevas amigas indonesias

Baile tradicional en el Kraton

El primer té del día con vistas al volcán

Borobudur

Borobudur

Borobudur

Prambanan