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1 mayo, 2012

En busca de los Hobbits

17-30 de abril de 2012

140 kms al norte de Ohakune está Taupo, una ciudad pequeña de 20.000 habitantes. La ciudad no es muy bonita, pero está situada en la orilla del lago Taupo y a lo lejos se ven los picos nevados del Tongariro. Como de costumbre pasamos primero por la oficina de turismo para un poco de información y mapas y nos fuimos al camping previsto. El complejo de camping era enorme y la recepción parecía más bien de un hotel. Cerca del camping empezaba un sendero que seguía el río durante unos 4kms y nos llevaba a las cascadas Huka. El río Waikato es el más largo de Nueva Zelanda y muy fuerte, hay varios estaciones hidroeléctricas durante su recorrido.
Por la noche aprovechamos las excelentes instalaciones del camping, entre ellas, la piscina climatizada (¡40C!).

El día siguiente nos quedamos para ver Taupo y alrededores e hicimos otra ruta de unos 14kms a lo largo del río Waikato, desde las cascadas Huka hasta una gran presa. Taupo es famoso por sus piscinas y fuentes termales y hay muchos balnearios y cosas por el estilo. Pero para los ahorradores hay una alternativa gratuita! No muy lejos del centro, donde empieza el sendero a las cascadas Huka, hay un arroyo muy caliente que desemboca en el río Waikato. Nos lo pasamos muy bien allí con muchas familias maoríes. Al otro lado del río descubrimos una zona de acampada gratuita y allí nos quedamos la noche.

Nos despedimos de Taupo y seguimos hacia el norte, (con alguna parada para una ruta de senderismo) a Rotorua. Esta ciudad nos resultó demasiado turística, teníamos pensado quedarnos dos noches pero al final solo fue una. Rotorua y alrededores es famosa por sus fuentes termales, geiseres y piscinas de lodo caliente – ¡y el olor a huevo podrido! Para ver algo de estas cosas geotermales en general hay que pagar bastante, el sitio más famoso cobra más de 50 dólares por un circuito de 1hora. Así que, como siempre, una visita a la oficina de turismo – y voilà- hay un parque municipal con piscinas de lodo muy apestosas, arboles cubiertos de barro y piscinas termales. Entrada: gratuita. En Rotorua hay que salirse bastante del centro para acampar. Nos fuimos a un sitio del DOC a unos 20 min de la ciudad. Pero descubrimos que fue un destino en sí mismo- situado en la orilla de un pequeño lago y rodeado de montanas.

Siguiente destino: Cambridge, supuestamente el pueblo mas anglofílico de todo el país y lo más parecido a la tierra patria. ¡La verdad que es no vimos mucha semejanza! Pero era un sitio agradable y el camping era barato. Aprovechamos este día para curarnos de las ampollas de los pies y tomar buen café en uno de los sitios acogedores de este pueblo.

El día siguiente hicimos unos 40km para llegar a Matamata, aka Hobbiton. Es de visita obligatoria para todos los fans de ESDLA, y hay muchos…

A pocos kms del pueblo, entre ondulantes colinas verdes, Peter Jackson encontró un lugar ideal para crear el pueblo de los Hobbits. Y la verdad es que se lo curró bastante- desde que firmaron los papeles con los dueños de la tierra (eran agricultores que en la vida habían oído de “¿El señor de los qué?”) tardaron un año en construir las casitas de los hobbits, el bar, el molino y todo lo demás. Pero tras la grabar la trilogía, por derechos de reproducción, todo fue destruido. Lo único que quedaba eran unos agujeros en las colinas, y sin embargo, venían fans de todo el mundo para verlo.
¡Ahora es el momento para ver Hobbiton! Hasta noviembre el año pasado el sitio estaba cerrado por la grabación de la película El Hobbit, y esta vez los agricultores fueron más listos y negociaron mejor- todo se queda tal cual sale en las películas.
La visita desde luego vale la pena, los paisajes son preciosos y te cuentan mil anécdotas graciosas. Qué pena que no estuviéramos aquí hace 6 meses, pero quizás no habíamos pasado el casting- la altura máxima para los hobbits era de 1,63m.

No había ningún sitio barato de acampada cerca de Matamata así que por la tarde nos fuimos hasta el cañón de Karangahake, a un sitio del DOC. Por la mañana nos dimos cuenta que era una zona muy bonita, e histórica. Por aquí vinieron los primeros colonos para buscar oro y construyeron ferrocarriles, puentes colgantes y largos túneles por la montana. Aquí hicimos una ruta de unas 3 horas pasando por un túnel de 1 km de largo y oscuras minas subterráneas (imprescindible linterna).

Ya se acercaba el día para despedirnos de nuestra caravana y la ultima la noche la queríamos pasar cerca de Auckland. La mejor opción nos parecía un camping en Takapuna, uno de los suburbios del norte con una playa bonita. De hecho, la playa y el ambiente nos recordaba (aunque de forma remota) a Bondi Beach en Sidney, gente guapa y rica paseando con sus perros y carritos de bebes con un “latte” en la mano. El camping era muy pequeño, pero en primera fila junto al mar.

Ya se acababa las rutas de senderismo, los baños ecológicos sin agua y las comidas a base de latas. Habíamos reservado ya con antelación nuestro alojamiento en Auckland, donde queríamos quedarnos una semana para hacer un poco de turismo urbano y preparar cosas para Sudamérica. Nuestro hostal era más bien una antigua mansión con apartamentos y una cocina compartida – el maravilloso Red Monkey Manor. Es una típica casa de madera muy grande con 15 habitaciones con baño propio, frigorífico y tv. Abrieron el año pasado así que todo es muy nuevo, incluidas las cristaleras y las tostadoras de marca. Es el sitio ideal para estancias de una semana o más! Además el barrio, Ponsonby, es famoso por su multitud de restaurantes de todo el planeta y cafés bohemios. El mejor sitio para desayunar de Auckland, Dizengoff, está a 50m (¡los huevos a la Benedict están buenísimos!).

Aprovechamos esta semana para hacer cosas y recados que teníamos pendientes y para comer, comer y comer! En Auckland se come muy bien y barato en los grandes “food courts”, un espacio grande con muchos puestos de comida de diferentes países y un espacio en común para sentarse. Ideal cuando no nos poníamos de acuerdo: uno pedía un bento japonés y el otro un pad thai.

Con todo esto acaba nuestra aventura en el país de los kiwis. La isla Sur nos ha parecido más bonita, pero la isla Norte también tiene muchos encantos urbanos (y el fantástico P.N. Tongariro). Sin duda alguna, este país estará en nuestros favoritos del viaje y ha dejado el listón muy alto. Ahora toca un viaje en el tiempo ya que salimos de Auckland el lunes a las 16h y llegamos a Santiago de Chile 4 horas antes. ¡Menudo jetlag!

Taupo

Taupo

Huka Falls

Huka Falls

Río Waikato

Río Waikato

En un arroyo calentito...

En un arroyo calentito...

Algo huele mal en Rotorua...

Algo huele mal en Rotorua...

Hobbiton: casa de Sam

Hobbiton: casa de Sam

Hobbiton: Molino y bar del Dragón Verde

Hobbiton: Molino y bar del Dragón Verde

Hobbiton: otra casa de hobbits

Hobbiton: otra casa de hobbits

Hobbiton: la casa de Bilbo y Frodo

Hobbiton: la casa de Bilbo y Frodo

Hobbiton: el "Party tree"

Hobbiton: el "Party tree"

Cañón de Karangahake

Cañón de Karangahake

Nuestro apartamento en Auckland

Nuestro apartamento en Auckland

Un poco de comida japonesa, rica en Omega 3

Un poco de comida japonesa, rica en Omega 3

1 mayo, 2012

De Christchurch a Taupo con muchas aventuras en medio

9 – 17 de abril de 2012

¡El blog va con un poco de retraso! Hemos tenido tantas cosas que hacer y muchas veces hemos estado sin cobertura.

Tras despedirnos de nuestro amigo Rum en el aeropuerto de Christchurch, cogimos otra vez la carretera, esta vez por la costa y hacia el norte. Una vez nos quedamos los dos solos, entendimos lo que deben sentir los padres cuando los hijos se marchan de casa (el síndrome del nido vacío). Teníamos que llegar a Picton (330km al norte de Christchurch) para coger el ferry a la isla Norte tres días más tarde. Ya compramos los billetes cuando reservamos la caravana y pensábamos que 3 días para hacer el viaje estaba bien. Calculamos mal. Tres días resultaron más que suficientes para ver la costa, y fueron unos días muy tranquilos sin muchos sucesos, quizás también porque ya no teníamos mucho presupuesto para hacer actividades. Paramos primero en Kaikoura, un pueblo bonito y bastante turístico, famoso por su vida marina. Con un poco de suerte puedes ver ballenas, focas, pingüinos y albatros. Acampamos en un sitio gratuito del DOC, al lado del mar (y de una colonia de focas!).

Empezamos el día siguiente con una ruta de senderismo corta de 2h, subiendo una cima detrás del sitio de acampada. Pasamos por una ciudad no muy atractiva llamada Blenheim, centro de la región agrícola, pero desde luego no tenía mucho que ofrecer al viajero más que algunos buenos supermercados
.
Esa noche acampamos en otro sitio DOC al lado del mar, y a la mañana siguiente nos despertamos con la lluvia. Ese día nos fuimos pronto a Picton, a un camping de pago y apenas salimos del camping en todo el día, ¡no paraba de diluviar! Pero la verdad es que no nos pudimos quejar mucho, durante todo el tiempo que llevábamos en NZ, no nos había llovido ningún día, y aquí normalmente llueve mucho.

Al día siguiente, las nubes ya se habían ido a otra parte y el viaje de 3h en ferry fue agradable. Llegamos a la capital Wellington a por la tarde, y tras buscar un parking que no nos llevara a la bancarrota, nos fuimos al Museo de Nueva Zelanda, también llamado Te Papa (“Nuestro Hogar”en maorí). Es conocido como el mejor museo del país y la verdad es que está muy currado. Hay exposiciones sobre la cultura maorí, sobre la historia natural, los primeros europeos y la cultura contemporánea. Es todo muy interactivo y con mucha tecnología, hay hasta un salto de puenting virtual y una casa sacudida por un terremoto. Y lo mejor de todo, ¡es gratis!

Wellington nos pareció un sitio agradable para pasar unos días pero el problema era el alojamiento. Como dice la Lonely Planet, las zonas de acampada son tan raras como el café malo. El camping más cercano a la ciudad estaba en un suburbio poco atractivo a unos 13kms del centro, y además era de pago. Al final, tras un buen cappuccino en un sitio “chic” decidimos despedirnos de la ciudad y nos fuimos 40km a un parque natural donde nos dejaban acampar por unos 6 euros. Cuando llegamos ya era de noche y no vimos lo bonita que era la zona hasta el día siguiente. Este parque, Kaitoke Regional Park, tenía varias opciones de senderismo (desde 15min hasta 6h), puentes colgantes sobre un río ruidoso y algún dato de interés para los amantes de ESDLA, ya que se grabaron aquí las escenas de Rivendell. La verdad es que hay que tener mucha imaginación para ver más que una tranquila tala de bosques, pero por lo menos nos divertimos sacando algunas fotos frikis con el cartel!

Tras un picnic por allí, seguimos hacia el norte y para “acortar” el camino cogimos una carretera de montaña de grava increíblemente sinuosa y estrecha. ¡De atajo nada! Llegamos a la reserva natural de Okaki a media tarde, con suficiente tiempo para hacer una corta ruta de senderismo por un paisaje muy bonito- más montañas, ríos y estrechos puentes colgantes. Por la noche acampamos en un sitio del DOC gratuito unos kms más al norte por la carretera principal.

El día siguiente conducimos casi sin paradas por la carretera general a Wanganui. Con 50.000 habitantes, es una ciudad medianamente grande en Nueva Zelanda. Aquí ya empezamos a notar la presencia maorí. Casi todos los maoríes (15% de la población del país), viven en la isla norte. El barrio donde nos quedamos (en un camping de pago) tenía un colegio maorí y hasta su propia marae (sala comunitaria para uso social, religioso…). La ciudad es bastante agradable, situada en la orilla del río con el mismo nombre.
El día siguiente hicimos una ruta (sobre ruedas) muy famosa, la Wanganui River Road. Esa una carretera muy estrecha que sigue el río durante unos 100kms. A lo largo del camino hay bonitos miradores, senderos y comunidades maoríes. El viaje duro todo el día y llegamos por la tarde a Ohakune, al sur del gran Parque Nacional Tongariro, justo a tiempo para una visita a la oficina de turismo antes de que cerraran. Teníamos planeado hacer la “Tongariro Alpine Crossing”, considerada la mejor ruta de un día del país, pero requiere un poco de planning.

La ruta es de unos 19kms y no es circular. Por lo tanto se necesita transporte en algún tramo. Nos advirtieron en la oficina de turismo que últimamente había ocurrido muchos robos en coches aparcados en los extremos del sendero y nos recomendaron no dejar el coche allí. Por lo tanto lo que hicimos fue coger un servicio “shuttle” por 35 dólares, un autobús nos llevó a las 7 de la mañana de Ohakune hasta el principio del sendero y que nos recogió en el otro extremo 7 horas más tarde. Es un sendero cansado, con desnivel y bastante “técnico” en algunos tramos, pero el paisaje es fantástico y con un poco de suerte se pueden ver los tres picos volcánicos del parque. El pico Ngauruhoe, (2291m) es quizás el más impresionante. De hecho, “interpretó” al Monte del Destino en las películas de El Señor de los Anillos.

Nuestro shuttle nos trajo sanos y salvos (pero con alguna que otra ampolla en los pies) de vuelta a Ohakune, donde pasamos otra noche en un sitio del DOC.

Tras esta aventura necesitábamos una ducha caliente y algunos mimos, así que la pequeña ciudad de Taupo con fuentes termales nos pareció una buena opción. ¡Pero esto es otra historia!

 

Kaikoura

Kaikoura

Kaikoura

Kaikoura

Diluvio en Picton

Diluvio en Picton

Momento friki en Kaitoke Regional Park

Momento friki en Kaitoke Regional Park

 Kaitoke Regional Park

Kaitoke Regional Park

Paisaje en Okaki

Paisaje en Okaki

Wanganui river

Wanganui river

Ohakune

Ohakune

Parque Nacional de Tongariro

Parque Nacional de Tongariro

Parque Nacional de Tongariro

Parque Nacional de Tongariro

El "Monte del Destino"

El "Monte del Destino"

Lagos de Esmeralda (Emerald Lakes)

Lagos de Esmeralda (Emerald Lakes)

En la tierra de Mordor, donde se extienden las sombras...

En la tierra de Mordor, donde se extienden las sombras...

8 abril, 2012

Fiordos, glaciares, caballos,El Señor de los Anillos, tostadas robadas y más historias

30 de marzo – 8 de abril de 2012

Queenstown-Milford Sound-Te Anau- Catlins-Glenorchy- Wanaka-Franz Josef- Arthurs Pass-Christchurch

Nueva Zelanda se ha convertido rápidamente en nuestro país favorito. Si no estuviera en la otra punta del mundo, recogeríamos los pocos trastos que tenemos guardados en España y emigraríamos a este país tan hermoso, limpio y amable. El paisaje es simplemente fantástico. Cada pocos kilometros hay que parar el coche para sacar fotos de lagos turquesas y montañas cubiertas de nieve. No es sorprendente que este país haya sido el escenario de muchas pelis, como El Señor de los Anillos (el país está lleno de viajeros frikis, buscando el hábitat de los hobits) o Las Crónicas de Narnia.

También hay que reconocer que el tiempo influye mucho. Hemos tenido una suerte tremenda con el tiempo. En dos semanas no hemos tenido ni una gota de lluvia, ni siquiera en la costa oeste, que es uno de los lugares más lluviosos del mundo.

Desde la última entrada en este blog hemos hecho tantas cosas que sería difícil y largo contarlo todo en detalle, así que aquí va un resumen.

Tras dos días de adrenalina en Queenstown nos fuimos a Milford, en la famosa Fiordland- la tierra de los fiordos-  que está a unas 5 horas en coche. La carretera era muy escénica pero no tuvimos tiempo de detenernos mucho ya que teníamos billetes para el último ferry que salía a las 15h. El itinerario a bordo dura una hora y media, y da un paseo por un de los fiordos más bonitos del mundo, el Milford Sound. Tras el tour tuvimos que buscar un sitio barato donde acampar antes que se hiciera de noche (ahora con el cambio de hora el sol se pone sobre las 18.30h). Siendo un parque nacional no está permitido aparcar la caravana donde quieras, solamente en los sitios asignados por el DOC (Departamento de Conservación); muchos son gratuitos pero en Fiordland había que pagar unos 3 euros por persona.

El día siguiente madrugamos para hacer una ruta de senderismo de unas 6 horas por las montañas del parque nacional y por la noche acampamos en un camping de pago en Te Anau (ahhh, ducha caliente). El próximo destino fue la zona de los Catlins en la costa Sur, a unos 200km de Te Anau. Es un área que recibe menos turismo que los Alpes Neozelandeses, es muy tranquila y bonita y tiene muchas carreteras sin asfaltar. Aquí tuvimos un pequeño incidente con el coche- una piedra se atascó en el eje delantero de la caravana- ¡el ruido de la piedra rayando el eje era horrible! Esto pasó cuando estábamos justo a 50m de un camping, así que paramos esa noche allí y llamamos a asistencia en carretera, quienes nos aseguraron que enviarían a alguien la mañana siguiente. No apareció nadie, volvimos a llamar y nadie sabía nada de nosotros. Pero nos recomendaron conducir y aseguraron que la piedra se caería por sí sola, cosa que pasó después de unos 200km.

De los Catlins volvimos otra vez a la civilización de Queenstown. Aquí hicimos la segunda excepción en nuestra dieta de caravana y comimos en un sitio de visita obligada en esta ciudad- todo el mundo habla de él y se llama Fergburger. Las hamburguesas son legendarias por su tamaño- no hace falta pedir patatas para acompañar. También hay alternativas vegetarianas como la Bun Laden (con Falafel).

En la muy eficiente oficina de turismo paramos para reservar una ruta a caballo para mí (los chicos eligieron un plan alternativo) en los prados fuera de Glenorchy, donde se grabaron varias escenas del Señor de los Anillos (entre otras, Las Montañas Nubladas, Pico Caradhras). La manera más auténtica de disfrutar de este paisaje es a caballo. La ruta era muy bonita y cruzaba varios ríos, aunque no cabalgábamos de forma tan elegante como Aragorn J .

La noche anterior a la ruta a caballo habíamos dormido en un sitio más o menos legal (las multas son tremendas) así que la siguiente noche en Wanaka preguntábamos en la oficina de turismo donde podríamos acampar de manera económica. Nos dirigió a un campo de cricket a 15 min del pueblo donde una señora mayor nos dio cobijo y ducha caliente por 3 euros/persona.

Al día siguiente nos tomamos la mañana con calma, e hicimos una ruta ligera alrededor del lago Wanaka. El pueblo parece un pequeño Queenstown, con menos jaleo y con unos alrededores incluso más bonitos. Por la tarde hicimos 300km por carreteras de montaña y llegamos justo al atardecer al pequeño pueblo de Franz Josef. Teníamos el camping y la excursión que íbamos a hacer ya reservados desde Queenstown porque es un sitio muy popular (de hecho, tuvimos que cambiar los planes porque las plazas estaban agotadas para el día que queríamos ir). El camping estaba bastante bien y abundaban los mochileros (pero nos quedamos con la duda: ¿Quién nos robó nuestras tostadas en la cocina comunitaria?)

El pueblo de Franz Josef no tiene nada de interés, pero sí lo tiene el glaciar con el mismo nombre y que está a 4 km. Aquí hicimos una ruta guiada sobre el hielo de un día entero. Encontramos a unos pocos valientes que iban independientes, pero necesitas conocimiento y mucho equipamiento para hacer eso: el glaciar es un sitio bastante peligroso. Cuando llegamos por la mañana nos equiparon con botas, crampones, impermeables, guantes, calcetines de lana y nos explicaron la ruta y las precauciones. Luego, durante unas 6 h, nuestro guía Ben nos llevó por la superficie del glaciar, evitando las peores grietas y pasando por algunos túneles de hielo. Básicamente el guía iba abriendo camino con un pico, y por algunos sitios estaban tan estrechos que pasábamos un poco de miedo. La excursión era muy buena, pero casi lo mejor de ese día fue lo que vino después: En el pueblo hay unas piscinas termales (temperaturas de 36, 38 y 40oC) y la entrada estaba incluida en la excursión. Ese tipo de cosas siempre están bien, pero con el cuerpo molido y los pies helados, ¡está simplemente genial!

Otra noche de camping en Franz Josef, y seguimos por la costa hasta el pueblo de Hokitika para una parada técnica (la mayoría de sitios estaban cerrados siendo Viernes Santo) y luego nos metimos por el interior y llegamos por la tarde a Arthurs Pass, el pueblo más alto de Nueva Zelanda (donde viven la friolera de 62 habitantes). Nos informamos bien en la oficina del DOC sobre las condiciones del Parque Nacional y acampamos en uno de sus sitios gratuitos. El día siguiente hicimos una ruta de senderismo muy exigente (con un desnivel de 1300m), pero con unas vistas fantásticas. Otra noche un camping gratuito del DOC y sin ducha… ¡Menos mal que los tres olíamos igual de mal!

Ya se acercaba la fecha de partida de nuestro amigo Rum y teníamos que volver a Christchurch, a unos 150 km de Arthurs Pass. Aprovechamos esa última tarde para ver el centro (está totalmente derrumbado tras los dos terremotos) y tomar unas últimas cervezas.

Solitos otra vez pero con muchos recuerdos buenos!  (Las fotos abajo por cortesía de nuestro nuevo fotógrafo).

Gastos medios:

Crucero en Milford: 30 euros

3 horas a lomos de un caballo: 90 euros

Excursión de un día entero por un glaciar: 110 euros

Fiordos en Milford Sound

Fiordos en Milford Sound

Buscando el camino en Fiordland

Buscando el camino en Fiordland

Sólo Rum se atrevió a bañarse en el mar

Sólo Rum se atrevió a bañarse en el mar

Playa en los Catlins

Playa en los Catlins

A bordo del crucero en Milford

A bordo del crucero en Milford

Camino a Glenorchy

Camino a Glenorchy

Vista en los Catlins

Vista en los Catlins

Wanaka

Wanaka

Paseando a caballo

Paseando a caballo

Arthur's Pass: ¡hemos llegado a la cima!

Arthur's Pass: ¡hemos llegado a la cima!

Centro de Christchurch (tras el terremoto)

Centro de Christchurch (tras el terremoto)

Los tres en el glaciar

Los tres en el glaciar

Glaciar Franz-Josef

Glaciar Franz-Josef

29 marzo, 2012

Primeras aventuras en Nueva Zelanda

25-29 de marzo de 2012

Christchurch- Lake Tekapo-Mt Cook- Queenstown

Dejamos Fiji y el calor, y tras un vuelo de cuatro horas llegamos a Christchurch, la ciudad más grande de la isla Sur de Nueva Zelanda.

En el aeropuerto nos quedamos sorprendidos con el “bio-check”, el estricto control de aduana que tienen para proteger la delicada naturaleza de este país. Tienes que declarar todo tipo de productos biológicos: comida, bebidas, botas de montaña sucias, collares de conchas, etc… Así que nos confiscaron nuestras botas y cinco minutos más tarde nos las devolvieron impecables. No creas que puedes ahorrar unos minutos “pasando” de declarar; miran todos los bultos en el escáner de rayos X y si hay algo que deberías haber declarado te multan en un momento.

Fuimos directamente del aeropuerto a recoger nuestra caravana. Repetimos con Jucy; la caravana es igual de verde fosforito pero más grande, ya que durante dos semanas nos acompañará nuestro amigo Rum. La noche la pasamos en un camping de pago a 10 min del aeropuerto, y el día siguiente nos levantamos temprano para hacer la compra y llenar la caravana de latas de tomate y paquetes de pasta (y cerveza). Volvimos al aeropuerto para recoger a Rum (que llevaba a cuestas un “breve” viaje de 36h) y, ¡en marcha!

Ese primer día recorrimos unos 200km y llegamos por la tarde al Lago Tekapo, de un color turquesa increíble. Situado al lado del lago está la capilla más famosa de Nueva Zelanda, muy popular para (pequeñas) bodas. Cerca del lago había un camping de pago pero nos parecía bastante caro (y encima las duchas calientes se pagaban aparte, ¡que morro!), así que al final aparcamos la caravana en medio de un descampado. En Nueva Zelanda puedes acampar casi en cualquier sitio (mientras no haya cartel de “No Camping”) si tu caravana está equipada con baño (la nuestra tiene uno portátil que esperamos no tener que utilizar).

Tras una noche muy fría (por la mañana hacía unos 7 grados dentro de la caravana), seguimos nuestra ruta hacia la montaña más alta del país, el Mt Cook (de 3745m de altura). Allí hicimos una ruta de senderismo de unas 4h, pasando por dos puentes colgantes y bloques de hielo. La noche la pasamos en un camping de pago (necesitábamos una ducha caliente) en el pequeño pueblo de Twisel.

Nos levantamos con el sol (sobre las 7.30h) y salimos con dirección a Queenstown, a unos 200km- ¡la capital de la adrenalina! Aquí nos queríamos quedar en el mismo centro así que nos tuvimos que ir a un camping de pago de nuevo.

Nos quedamos dos noches, aunque en caso de haber tenido más tiempo (y presupuesto) nos habríamos quedado una semana. Hay tantas cosas que hacer: una auténtica Disneylandia para adultos. Posibles actividades (hay muchas más): rafting en aguas bravas, parapente, barranquismo, paracaidismo, bicicleta de montaña, escalada, equitación, senderismo, pesca, frisbee golf, y por supuesto, puenting. Para celebrar el cumple de Rum, los chicos se decidieron por hacer un salto al vacío desde una plataforma situada a lo alto de una montaña. Un salto de unos 47m- uno de los bungees más light (el más alto es de 134m). Después tocaba una copa en el bar de hielo “Below Zero” de Queenstown donde hace una temperatura de -5 grados y los vasos son de hielo (menos mal que daban guantes y abrigos).

Queenstown nos ha gustado mucho- situada entre montañas cubiertas de nieve y lagos azules, y con un ambiente divertido. ¡Esperamos volver!

Gastos medios:

Salto de puenting: 110 euros

Camping de pago en Queenstown: 12 euros/persona

Entrada y copa en Below Zero: 6 euros(precio con descuento), 19 euros (precio normal)

Nuestra casa con ruedas

Nuestra casa con ruedas

Lago en hooker valley

Lago en hooker valley

Puente sobre hooker valley

Puente sobre hooker valley

Dentro de la caravana

Dentro de la caravana

Iglesia con encanto en el lago Tekapo

Iglesia con encanto en el lago Tekapo

Vista sobre Queenstown

Vista sobre Queenstown

Brindando por nuestro viaje con cerveza local

Brindando por nuestro viaje con cerveza local

En el bar de hielo; ¡qué frío!

En el bar de hielo; ¡qué frío!

Rum cayendo al vacío (con estilo)

Rum cayendo al vacío (con estilo)

Raúl cayendo al vacío (con menos estilo)

Raúl cayendo al vacío (con menos estilo)

Salto con vistas a Queenstown

Salto con vistas a Queenstown

Orgullosos de nuestra hazaña

Orgullosos de nuestra hazaña