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5 noviembre, 2012

Quilotoa, Latacunga y Quito: Nos despedimos de Ecuador

15 octubre—3 noviembre 2012

Desde la agradable ciudad de Baños nos dirigimos a Quilotoa. Tuvimos que tomar dos buses diferentes para llegar aquí. Al bajar del autobús nos pilló por sorpresa una ola de frío: ¡no habíamos tenido en cuenta que ahora nos encontrábamos a mucha más altura (4000m)!

Nos instalamos en el hostal (en la Lonely Planet pone que los alojamientos de Quilotoa eran básicos: podemos confirmarlo) y nos dirigimos a la que es la gran atracción: la laguna Quilotoa, situada en el fondo de un cráter. Es posible subir y bajar a pie, o hacer alguno de los trayectos a caballo. Nosotros nos decidimos por la primera opción, que además es gratuita (sólo hay que pagar una única vez al entrar al pueblo de Quilotoa).

¡Las vistas desde arriba son espectaculares! Quizás las fotos no le hagan justicia, así que es mejor que vengáis a comprobarlo por vosotros mismos 🙂

Lago Quilotoa al fondo

Lago Quilotoa al fondo

Vista desde lo alto del volcán

Vista desde lo alto del volcán

Por la noche, como no hay mucho que hacer, estuvimos jugando a las cartas con Xavier y Margot, dos chicos franceses que acababan de iniciar su ruta por Sudamérica. Al irnos a dormir nos arropamos bien (hubo que desempolvar el saco de dormir), y a la mañana siguiente nos dirigimos hasta Latacunga (con sólo dos medios de transporte: camioneta y bus), una ciudad que si bien no tiene demasiados lugares de interés, es agradable para recorrer y nos ofrecía una habitación con una cama cómoda y una ducha caliente (unos lujos que no apreciábamos realmente cuando vivíamos en España).

Habíamos pensado en un primer momento visitar el volcán Cotopaxi, una de las maravillas de Ecuador, pero algunas “historias de miedo” de otros viajeros (tormentas eléctricas, grietas en el hielo, etc.) y el mal tiempo nos hicieron desistir, así que nos dirigimos directamente a la capital de Ecuador: la ciudad de Quito.

Nos alojamos, como casi todos los turistas, en el “barrio del Mariscal”, donde se dan lugar una gran cantidad de hostales y restaurantes, y a tan sólo unos 20 minutos en bus al centro (o 50 caminando, como pronto descubrimos).

Como teníamos mucho tiempo (5 días completos), decidimos racionar las excursiones y aprovechar los estupendos cafés de la ciudad:

El primer día llegábamos justo a la hora de comer, así que aprovechamos para probar un estupendo ceviche y pasear por el barrio.

El segundo día madrugamos un poco y nos dirigimos al centro, lleno de iglesias y edificios coloniales: visitamos la plaza, la catedral (donde se encuentra enterrado el Mariscal Sucre, del que venimos escuchando desde Argentina) y varias de las iglesias, a destacar la de la Compañía de Jesús, recubierta por completo en oro, y de la que se dice que es la iglesia más bonita del país.

El tercer día fuimos y volvimos caminando al centro, para visitar un par de lugares que nos habíamos dejado en el tintero el día anterior, como el museo de la moneda. Volvimos a comer, como el día anterior, en un restaurante vegetariano muy económico, y completamos la tarde con un delicioso cappuccino.

El jueves, cuarto día, hicimos una excursión a la llamada “Mitad del Mundo”, 22 kilómetros al norte de Quito, y donde en 1736 se estableció la línea ecuatorial. Curiosamente, hoy que disponemos de GPS, sabemos que la verdadera latitud 0 se encuentra a 300 metros al norte, aunque en la ciudad de la Mitad del Mundo pasamos la mañana entre museos, paseos, visita al planetario y un enorme helado artesanal que no fuimos capaces de terminar.

Después de esta visita fuimos al museo Inti Ñan, donde pasa la auténtica línea del ecuador. Además de algunas curiosidades de la selva (pieles de serpiente, arañas y algunas cabezas humanas reducidas), el guía nos enseñó algunos experimentos curiosos: pudimos comprobar cómo el agua gira en distinto sentido según el hemisferio en que nos encontremos (y no gira en absoluto en la línea del ecuador), y nos dio unas lecciones básicas de física.

Por la tarde, ya de vuelta en nuestro barrio, fuimos a una cata de chocolate en la cadena ecuatoriana “República del Cacao”, una especie de cafetería/tienda especializada en chocolate gourmet, todo producido en Ecuador. Aquí aprendimos cómo se fabrica el chocolate (os podemos asegurar desde aquí que los granos de cacao, antes de ser secados, no saben para nada a cacao!), y cómo se deben utilizar los cinco sentidos (nuestro favorito era el gusto) para poder apreciar la calidad de una barra de chocolate. Muy recomendado si estás en El Mariscal un jueves a las 5 de la tarde.

En nuestro último día (2 de noviembre), festivo en Ecuador, decidimos madrugar para subir al “telefériQo” antes de que llegaran las hordas de turistas. Este transporte sube 2,5 kilómetros a lo largo de la ladera del volcán Pichincha, llegando hasta 4.100 metros. Pasamos la mañana por allí arriba haciendo un poco de trekking, hay una ruta de unas cuantas horas hasta el pico del volcán Pichincha, pero dimos la vuelta a la mitad del camino por el mal tiempo.  Luego probamos algo típico de esos días (relacionados con el día de los difuntos): las guaguas de pan y la colada morada. La primera es una especie de pan dulce con decoraciones, que tiene forma de niño o bebé (guagua en quechua), y la segunda, una bebida típica de Ecuador, preparada con harina de maíz negro, y varias frutas. Ambas se usan en muchos lugares como ofrendas a los difuntos. La colada morada no quedará como nuestra bebida favorita en el viaje…

Y tras casi 3 semanas llegó el momento de despedirse de Ecuador. Como nos habían contado algunas historias nada agradables de la frontera con Colombia, en lugar de pasar por tierra compramos un vuelo directamente a la ciudad de Medellín. Una vez lleguemos allí nos faltan únicamente tres semanas para volver a casa; habrá que aprovechar para coger un poco de color en las playas del Caribe antes de volver…

Añadiendo un poco de limón al ceviche

Añadiendo un poco de limón al ceviche

Catedral de Quito

Catedral de Quito

En una de las múltiples plazas de Quito

En una de las múltiples plazas de Quito

Ciudad "Mitad del Mundo"

Ciudad «Mitad del Mundo»

Experimentando en el ecuador

Experimentando en el ecuador

Cada uno en un hemisferio distinto

Cada uno en un hemisferio distinto

En plena cata de chocolate

En plena cata de chocolate

Vista de Quito una vez subido el telefériQo

Vista de Quito una vez subido el telefériQo

Sendero al Pichincha

Sendero al Pichincha

Subida del TelefériQo

Subida del TelefériQo

Guagua de pan y colada morada

Guagua de pan y colada morada

Algunas curiosidades de Ecuador:

  • La moneda local, desde el año 2000, es el dólar estadounidense.
  • Ecuador produce más del 60% de la producción mundial de cacao.
  • El punto más alejado del centro de la tierra es la cima del volcán Chimborazo. Uno podría pensar que es el Everest, y no esta montaña de 6.310 metros sobre el nivel del mar; sin embargo, debido a que al ser achatada la tierra, el diámetro es mayor en el ecuador.
  • Los conocidos como “Panama hats” no son originarios de ese país, sino de Ecuador (se exportaron a Panamá en la época de construcción del canal).
  • Según algunos estudios, Ecuador es el segundo país más peligroso de toda Sudamérica. Ahora que ya hemos pasado por éste y por el primero en la lista (Perú), podemos contárselo a nuestros padres y al resto del mundo.
  • Las carreteras ecuatorianas son peligrosas (de hecho, las más peligrosas del continente): tienen lugar gran cantidad de accidentes de tráfico, debido a una combinación de carreteras que han conocido tiempos mejores, autobuses en la misma situación, y una conducción algo temeraria.
  • El “Barcelona Sporting Club” es uno de los equipos de fútbol más importantes de Ecuador, y su escudo es muy similar al del FCB.

 

Precios Medios

Entrada a Quilotoa: 2 dólares

Alojamiento en Quilotoa, cena y desayuno incluídos: 12 dólares/persona

Camioneta de Quilotoa al pueblo más cercano: 1,50 dólares

Bus Latacunga-Quito: 1,25 dólares

Cualquier trayecto en trole/ecovía en Quito: 0,25 dólares

Menú del día (vegetariano) en Quito: 2 dólares

Subida al teleférico: 8,5 dólares (para extranjeros adultos; intentamos pasar por niños ecuatorianos pero, no sabemos por qué, no coló).

Cata de chocolate en “República del cacao”: Gratis, pero la barra de 100 gramos que compramos después nos salió por 7 dólares.

28 octubre, 2012

Primeros pasos en Ecuador: Loja, Vilcabamba, Cuenca y Baños

15-27 de octubre 2012

¡Vaya! Ya llevamos dos semanas en Ecuador y aún no hemos contado nada en el blog. Quizás porque cada vez falta menos para volver a casa que el tiempo parece pasar más y más deprisa…

El viaje de Perú a Ecuador se hizo largo: 15 horas desde Lima a Piura (aún en Perú), y de ahí unas horas más tarde otro autobús de aproximadamente 8 horas hasta Loja (por suerte el paso por la frontera fue rápido). Loja no es una ciudad espectacular, pero una noche de descanso en el hotel nos vino fenomenal.

A la mañana siguiente nos dirigimos a Vilcabamba, un pequeño pueblo de unos 5.000 habitantes, que presume de tener los habitantes más longevos del mundo (lo que ha dado lugar a numerosos estudios): se dice que varios de sus habitantes han superado los 120 años de edad… Y viendo la relajada vida que lleva la gente (turistas incluidos) de allí, no parece difícil imaginarse la razón: una combinación de vida sana, poco estrés y muchas sonrisas hacen que la vida allí se convierta en un pequeño placer.

En los 4 días que nos quedamos en Vilcabamba el tiempo no acompañó demasiado: prácticamente todos los días caían unas horas de lluvia, aunque siempre tuvimos algunos intervalos de sol, que aprovechábamos para dar largas caminatas por el valle.

Vida relajada en Vilcabamba

Vida relajada en Vilcabamba

De paseo

De paseo

Después de Vilcabamba nos dirigimos a Cuenca. Por si os cae la pregunta en el trivial alguna vez, y como curiosidad, os contaremos que los habitantes de Cuenca en Ecuador, a diferencia de los manchegos, se llaman Cuencanos y no Conquenses.

Cuenca es una ciudad más grande, con muchos restaurantes y dos catedrales: la antigua, más pequeña y menos espectacular, y la nueva, de un tamaño mucho mayor con unas bonitas bóvedas que recuerdan a la arquitectura de Florencia.

Entre tanto restaurante vegetariano era difícil elegir: nuestro favorito fue el Govinda’s, donde comimos unos platos riquísimos y al que volvimos varias veces. También tuvimos la oportunidad de tomar un zumo superenergético, con germen de trigo (wheatgrass), espirulina y otros ingredientes que nos dieron un buen “chute” de energía.

El domingo, una vez ya habíamos visitado casi todos los rincones de Cuenca, hicimos una pequeña excursión a un pueblecito llamado Gualaceo, a una hora de allí, famoso por su mercado dominical. Como además hizo buen tiempo, aprovechamos para pasar la mañana junto al río tomando un helado ecuatoriano.

La catedral nueva de Cuenca

La catedral nueva de Cuenca

En la peluquería (ya era hora)

En la peluquería (ya era hora)

Mercado de Gualaceo

Mercado de Gualaceo

Lavado a mano en Gualaceo

Lavado a mano en Gualaceo

Tras unos agradables días cuencanos, la siguiente parada era Baños, llamado así por los baños termales que existen en la ciudad, y que son una de las principales atracciones de la zona, tanto para turistas nacionales (que acuden en masa los fines de semana) como para extranjeros.

Baños nos gustó tanto que en lugar de los 4 días iniciales decidimos alargar la estancia uno más. Además, y ya que nuestro hostal tenía una cocina minúscula, hicimos muchos amigos, de todo tipo de nacionalidades (lo del tamaño de la cocina puede sonar como una desventaja, pero en realidad es una buena manera de tener contacto con el resto de viajeros; para evitar silencios incómodos mientras cuece la pasta es de obligado cumplimiento iniciar una conversación, que en la mayoría de las veces acaba en una buena amistad, una partida de cartas a la noche y una excursión al día siguiente).

El primer día dimos un pequeño paseo por los alrededores; el segundo hicimos una ruta en bici visitando varias cascadas espectaculares (en una de ellas, el Pailón del Diablo, orgullosamente llamada por los locales “la octava maravilla del mundo”, incluso se puede llegar hasta la parte de atrás de la cascada –una vez empapado, eso sí). Al día siguiente estábamos más vagos, así que fuimos a una de las termas, donde pasamos la mañana entre baños de agua caliente.

El último día (para seros sinceros nos habría gustado quedarnos varios días más), hicimos una excursión más dura, de 4 horas, a la llamada “Casa del Árbol”, que como podéis imaginar es una casa en un árbol. Ni la casa ni el árbol son algo espectacular, pero el camino sí; desde arriba hay una buena vista de Baños y del volcán Tungurahua, aunque ese día estaba bastante nublado y el volcán estuvo escondido casi todo el tiempo.

Con mucha tristeza nos despedimos de Baños, el hostal Princesa María y de muchos buenos amigos (¡esperamos encontraros más adelante!), y nos dirigimos en bus hacia el pequeño pueblo de Quilotoa, pero esto os lo contaremos un poco más adelante, junto a todas las actividades de los días sucesivos.

Volcán Chimborazo (a 6.310 metros)

Volcán Chimborazo (a 6.310 metros)

Excursión en bici

Excursión en bici

Subiendo a la Tarabita para llegar a la cascada

Subiendo a la Tarabita para llegar a la cascada

Contemplando la impresionante cascada "Pailón del diablo"

Contemplando la impresionante cascada «Pailón del diablo»

De excursión con Sigrun, Ben y Siobhan

De excursión con Sigrun, Ben y Siobhan

Llegamos a la casa del árbol

Llegamos a la casa del árbol

Precios medios:

Baños termales en la ciudad de Baños: 3 dólares

Habitación doble en Baños: 14 dólares

Alquiler de bicicleta para un día: 5 dólares

Bus Cuenca a Baños: 7 dólares