De Sukhothai cogimos otro autobús hacia el norte, aprox.350 kms y 5,5 horas en autobús. Poco a poco se veía cambiar el paisaje, más montaña y casas típicas de algunas etnias del norte.
Hace casi tres años estuvimos poco más de una semana en Chiang Mai y nos quedamos encantados. Aunque el tiempo fue más fresquito, seco y agradable la última vez (fue en noviembre), Chiang Mai nos sigue gustando.
Esta ciudad de 150 000 habitantes es como un tienda de chuches, o más bien un supermercado bien abastecido, para el mochilero. Hay de todo para todos los gustos:
- Eco-trekking y turismo sostenible en la jungla y en la montaña
- Rafting, tirolina, escalada etc
- Campamentos de elefantes y tigres rescatados.
- Muchos templos (la mayoría con entrada gratis)
- Cursos de yoga, meditación, de cocina, de tailandés, de masajes.
- Pequeños establecimientos de masajes en cada esquina que ofrecen una hora de masaje thai por alrededor de 4 euros.
- Restaurantes de todo tipo (muchos vegetarianos jeje) y para todos los bolsillos, desde sitios internacionales muy cool y pequeños puestecillos en el mercadillo nocturno donde puedes comer un plato de pad thai por menos de un euro.
Todo está muy bien de precio; alojamiento, actividades y comida, y la relación calidad-precio probablemente lo mejor que hemos visto hasta ahora en nuestros viajes. Los vendedores y conductores de tuk-tuk son menos pesados aquí que en otros sitios en Tailandia donde te pueden agobiar bastante.
El único inconveniente es que está un poco lejos del mar, 700 kms, y el tráfico puede ser bastante horrible.
Bueno, ya os he explicado porque nos gusta tanto Chiang Mai, no os sorprendáis si algún día volvemos por tercera vez.
Y por fin, ya voy a dejar a promocionar Chiang Mai como destino turístico y vamos con el relato de nuestros días aquí:
Nos quedamos en pequeño hotel, el Top Garden Boutique, donde ya nos habíamos alojado una vez. Victor, el amable dueño, y su mujer nos ayudaron a organizar todas las actividades de la semana.
Día 1
El primer día hicimos un poco de turismo urbano por Chiang Mai, visitando los principales templos de la ciudad y por la noche conociendo el Saturday Night Market, que como podéis deducir solo se hace los sábados. Es una locura de mercadillo, donde puedes encontrar de todo; desde las típicas baratijas para turistas que puedes encontrar en cualquier sitio de Tailandia, hasta artesanía de verdad a precios muy interesantes. También hay todo tipo de comida de calle; cucarachas fritas, un dulce que parece alquitrán, cocos frescos y el postre favorito, mango sticky rice (arroz pegajoso con sabor dulce y rodajas de mango).
Día 2
Para el domingo habíamos reservado para los seis una aventura en lo alto de la jungla. Fue todo un acierto! En Chiang Mai hay varias compañías que ofrecen tirolina en la jungla. Escogimos una llamada Eagle Track que nos recomendó Victor y estaba muy bien. Durante dos horas hicimos un recorrido por la jungla, pasando por 16 tirolinas de varios tamaños, puentes colgantes y saltos de hasta 30 metros. Después como prueba nos dieron una camiseta y un diploma (y el almuerzo, ya que después del subidón de adrenalina teníamos hambre aunque solamente eran las 11 de la mañana). Hay que reconocer que esta compañía era bastante más profesional que “la Experiencia Gibbon” que hicimos en Laos hace 3 años.
Aquí había una cuerda de seguridad, cascos y 4 monitores para nuestro pequeño grupo de 14 personas mientras que en Laos era más bien “bajo tu propia responsabilidad” y el guía (un chiquillo de 14 años) nos dejó solos en medio de la jungla. Bueno, ya después de sobrevivirlo, daba por supuesto una sensación de logro bastante grande, aunque no nos hubieran dado un diploma.
Día 3
Algunas se quedaron por la ciudad haciendo compras (cuidado con las pastas de dientes, en Tailandia las hay saladas!!) y viendo más templos. Otros hicimos una excursión de unas horas a Doi Suthep, uno de los templos más importantes del Norte, situado en las montañas al noroeste de la ciudad con buenas vistas. Es uno de los pocos que cobran entrada a los extranjeros, pero por 80 céntimos no deberías dejarlo pasar. Aún después de haber visto bastantes templos en estas últimas semanas, éste nos pareció muy interesante. Quizás por su localización, por su estupa dorada o por los 300 escalones que llevan hasta allí…
Después el Song Thaw (medio de transporte por excelencia en el Norte), nos llevó a un pueblo Hmong (una de las etnias del Norte) más alto en la montaña (ojo con las curvas!!). Nos soprendió bastante, ya que nos habíamos esperado una cosa bastante turística y aunque siguió siendo turística, era un pueblo muy tranquilo, las vistas preciosas y un descanso del bullicio de la ciudad.
Día 4
¡Ya tocaba otra aventura! Para el cuarto día reservamos otra excursión, y por lo que vimos, una bastante popular, porque todo el mundo lo ha hecho o lo quiere hacer. Incluye un poco de todo, te lo pasas genial y sale muy bien de precio. El día fue más o menos así:
Primera parada de 15 min: granja de orquídeas y mariposas. Allí ves flores muy bonitas y aprovechas para ir al baño.
Luego llegamos al campamento de elefantes, donde de dos en dos subes a un elefante desde una plataforma y te dejas llevar por él durante media hora o así por un camino de tierra, pasando por un paisaje muy sereno. (No seas tacaño y cómprale la bolsa de plátanos que vende una señora nada más bajar del song thaw. Tu elefante va a pedir pequeñas recompensas con su trompa todo el rato). Habíamos escuchado acerca de abusos de animales en Tailandia. En este campamento de elefantes rescatados, por lo que vimos, los animales parecían estar bien cuidados, aunque un poco aburridos quizás. También vimos a los voluntarios que pasan el día (o varios) en el campamento, alimentando y lavando a los elefantes, y parecía una cosa que nos gustaría hacer un día.Después de los elefantes, almuerzo. Unos noodles vegetarianos que venían envueltos en una hoja de árbol (así no tenían que fregar después). Luego tocaba una ruta de senderismo de aproximadamente una hora. No eran muchos kilómetros, pero el camino cruzaba varias veces el mismo río, a veces por puentes de bambú, otras veces un tronco y algunas piedras… Nuestra guía, una chica de 17 años o algo así, en sus Converse, nos metía buenas prisas para llegar a la cascada. Allí nos pudimos bañar (el agua no está nada caliente, pero después de caminar con aquel sol y humedad, daba un gusto…)
Volvimos por el mismo camino y nos preparamos para el rafting. Después de una mini clase, nos subimos a la barca los seis más el monitor. Lo pasamos genial y nos mojamos mucho. Luego llegamos a un sitio donde el agua corría menos y nos cambiamos de medio de transporte a una pequeña barquita de bambú (básicamente unos troncos de árbol atados con una cuerda).
Llegamos al final del recorrido, cansados y mojados, pero contentos del día. Dos horas después de vuelta en Chiang Mai, justo a tiempo a un masaje thai y una buena pedicura.
Estoy viendo que este post se está haciendo muy largo así que de momento os dejo aquí con la parte 1 ¡Hasta muy pronto!
Precios medios:
Autobus Sukhothai- Chiang Mai: 5 euros
Habitación en Top Garden: 8 euros/noche
Un plato de mango sticky rice: 50 céntimos
Eagle Track: 39 euros
Excursión de “aventura” de todo el día con comida incluída: 19 euros
Por Nuria:
Me encanta tu post.Me gustaría saber en que agencia contratastes la excursión de los elefantes,rafting,cascadas,etc….
Me a gustado mucho que cojieran al elefante de los campamentos de rescate y lo tengan bien cuidado y no maltratado.
Espero ansiosa tu respuesta
Muchas gracias