9- 13 de noviembre de 2011
Tras algunos caprichos urbanos en Chiang Mai nos hemos ido a Pai, un pequeño pueblo en la montaña a unos 100km de la ciudad (3 horas en autobús). Subiendo por una carretera con muchas curvas, más de uno se ha mareado, pero tras 2 años en La Palma (la isla más empinada del mundo- ¡y la más bonita!) no nos parecía tan mala.
El pueblo no tiene gran cosa; restaurantes y hostales dirigidos a los turistas thais que vienen para pasar frío, los mochileros y los hippies. Las maravillas están en los alrededores- montañas verdes cubiertas de niebla, cascadas y pequeños pueblos donde la todavía predomina la vida tradicional. Lo mejor es alquilar una bici o una moto. Para hacer un poco de deporte hemos optado por la primera. El primer día, un poco emocionados, quisimos llegar a una cascada y un mirador y acabamos agotados! El mapa no estaba nada a escala, y lo que parecía unos pocos kms se prolongó mucho… y siempre cuesta arriba, claro. Una vez era tan empinada la subida que tuvimos que dejar las bicis y seguir a pie. El segundo día lo tomamos con mucho más calma y solamente fuimos a una clase de yoga (¡impresindible en cualquier estancia en Pai!).
¡El alojamiento en Pai ha sido todo un acierto! Nunca nos habíamos quedado en nada por el estilo. En Amys Earth House, a unos 4 km de Pai, ofrecen pequeñas casitas hechas de barro y con baño al aire libre (¡pero con privacidad!), en un jardín tropical con vistas sobre el valle (¡abajo podéis ver las fotos!). Los dueños, una pareja thai-británica, hacían todo para que estuviéramos bien. Todas las noches Nety nos preparaba una cena tradicional buenísima que tomamos en el jardín y nos enseñaba algunos secretos de la cocina tailandesa. Pasamos unos días super relajantes allí, jugando a las cartas, al billar o con los dos cachorros y cinco gatos.
Nuestra estancia coincidía con el Loy Krathong, una fiesta que se celebra en toda Tailandia en la que se fabrican balsas de flores y se las hace navegar por un río. En su balsa cada persona deja un papelito con su nombre, un pelo, un trocito de uña y tres monedas y en el momento de soltarlas por el río, pide un deseo. También se enciende las típicas lamparillas de papel y el cielo se llena de luces amarillas. Con nuestros huéspedes fuimos a la orilla por la noche para hacer navegar nuestras balsas y encender una lamparilla para la buena suerte. ¡Qué ambiente!
Una cosa que nos ha sorprendido mucho ha sido el descenso de la temperatura. La zona de Pai es famosa por sus fríos inviernos (claro, nosotros pensábamos que frío para los tailandeses no era tanto frío) y en el pueblo venden gorros y jerseys de lana. Por el día está muy agradable, pero por la noche hace mucho frío, como unos 10 grados… De hecho, no habíamos pasado tanto frío en todo el viaje y por primera vez, desde el Himalaya, sacamos los forros polares.
Precios medios en Pai:
Alquiler de una bici por un día: 1 euro
Noche en habitación doble en Amy’s: 11 euros
Una lamparilla de papel: 70 céntimos
Por Pilar Iniesta:
Buenas noches, Hanna y Raúl.
Por los comentarios que he leído, creo que fue tu cumple hace poco, Hanna. Aunque a destiempo, pero para esto nunca es tarde… te deseo ¡¡¡ TODAS LAS FELICIDADES !!!
Me estoy quedando sorprendida al ver las fotos de vuestras últimas entregas. No tienen nada que ver con las de la India.
No nos dejéis sin una puesta de sol… Besos
Por hanna:
Muchas gracias!! Ha sido un cumple bastante especial, con el curso de masaje y todo.. Ahora colgaré otra entrada, y creo que hay una puesta de sol!!
Un besazo
Por cede lopez:
holaaaaaaaaa… abrigaos que si hace tanto frio alli os vais a quedar igual que polos jejeje, seguid pasandolo bien, un besoooo
Por hanna:
Hola Carmen! Mucho frío.. no estabamos nada preparados! Y ahora en Laos igual, por las noches refresca bastante… Pero no tanto como en Europa jeje.. Un besooo