25-29 de marzo de 2012
Christchurch- Lake Tekapo-Mt Cook- Queenstown
Dejamos Fiji y el calor, y tras un vuelo de cuatro horas llegamos a Christchurch, la ciudad más grande de la isla Sur de Nueva Zelanda.
En el aeropuerto nos quedamos sorprendidos con el “bio-check”, el estricto control de aduana que tienen para proteger la delicada naturaleza de este país. Tienes que declarar todo tipo de productos biológicos: comida, bebidas, botas de montaña sucias, collares de conchas, etc… Así que nos confiscaron nuestras botas y cinco minutos más tarde nos las devolvieron impecables. No creas que puedes ahorrar unos minutos “pasando” de declarar; miran todos los bultos en el escáner de rayos X y si hay algo que deberías haber declarado te multan en un momento.
Fuimos directamente del aeropuerto a recoger nuestra caravana. Repetimos con Jucy; la caravana es igual de verde fosforito pero más grande, ya que durante dos semanas nos acompañará nuestro amigo Rum. La noche la pasamos en un camping de pago a 10 min del aeropuerto, y el día siguiente nos levantamos temprano para hacer la compra y llenar la caravana de latas de tomate y paquetes de pasta (y cerveza). Volvimos al aeropuerto para recoger a Rum (que llevaba a cuestas un “breve” viaje de 36h) y, ¡en marcha!
Ese primer día recorrimos unos 200km y llegamos por la tarde al Lago Tekapo, de un color turquesa increíble. Situado al lado del lago está la capilla más famosa de Nueva Zelanda, muy popular para (pequeñas) bodas. Cerca del lago había un camping de pago pero nos parecía bastante caro (y encima las duchas calientes se pagaban aparte, ¡que morro!), así que al final aparcamos la caravana en medio de un descampado. En Nueva Zelanda puedes acampar casi en cualquier sitio (mientras no haya cartel de “No Camping”) si tu caravana está equipada con baño (la nuestra tiene uno portátil que esperamos no tener que utilizar).
Tras una noche muy fría (por la mañana hacía unos 7 grados dentro de la caravana), seguimos nuestra ruta hacia la montaña más alta del país, el Mt Cook (de 3745m de altura). Allí hicimos una ruta de senderismo de unas 4h, pasando por dos puentes colgantes y bloques de hielo. La noche la pasamos en un camping de pago (necesitábamos una ducha caliente) en el pequeño pueblo de Twisel.
Nos levantamos con el sol (sobre las 7.30h) y salimos con dirección a Queenstown, a unos 200km- ¡la capital de la adrenalina! Aquí nos queríamos quedar en el mismo centro así que nos tuvimos que ir a un camping de pago de nuevo.
Nos quedamos dos noches, aunque en caso de haber tenido más tiempo (y presupuesto) nos habríamos quedado una semana. Hay tantas cosas que hacer: una auténtica Disneylandia para adultos. Posibles actividades (hay muchas más): rafting en aguas bravas, parapente, barranquismo, paracaidismo, bicicleta de montaña, escalada, equitación, senderismo, pesca, frisbee golf, y por supuesto, puenting. Para celebrar el cumple de Rum, los chicos se decidieron por hacer un salto al vacío desde una plataforma situada a lo alto de una montaña. Un salto de unos 47m- uno de los bungees más light (el más alto es de 134m). Después tocaba una copa en el bar de hielo “Below Zero” de Queenstown donde hace una temperatura de -5 grados y los vasos son de hielo (menos mal que daban guantes y abrigos).
Queenstown nos ha gustado mucho- situada entre montañas cubiertas de nieve y lagos azules, y con un ambiente divertido. ¡Esperamos volver!
Gastos medios:
Salto de puenting: 110 euros
Camping de pago en Queenstown: 12 euros/persona
Entrada y copa en Below Zero: 6 euros(precio con descuento), 19 euros (precio normal)
Por Gunilla:
Ojojoj, Raúl och Rum! Att ni bara vågade!!! Ser läskigt ut!! Hanna höll sig på marken, va? kram Gunilla
Por hanna:
Det var super läskigt!! Nej, jag höll mej pa marken..