16-20 de diciembre de 2011
Después de unos maravillosos días en Siem Reap disfrutando de templos y cappuccinos, nos marchamos a Battambang, la segunda ciudad más grande de Camboya (más de 250.000 habitantes).
Aunque se puede llegar más rápidamente por carretera, decidimos ir en barco, a través del río Tonlé Sap; el viaje en sí es toda una experiencia, contemplando las casas construidas a la orilla del río o viendo cómo se va montando la gente a lo largo del camino, sobre la marcha (se acercan al barco en un pequeño bote y suben a bordo).
Como íbamos a estar apenas dos días en Battambang, decidimos contratar una ruta en un tuk-tuk, para ver los sitios más interesantes. Nuestro amigo Sams nos llevó a ver:
– La “killing cave”, uno de los lugares donde los Khemers rojos llevaban a cabo sus matanzas indiscriminadas; hoy día hay una figura de un buda reclinado, y algunos de los huesos de las víctimas
– Una plantación de viñas y una bodega (aunque siendo manchego esto para mí no es ninguna novedad!)
– Un árbol con frutas-murciélago (en el árbol habitan muchos murciélagos, que cuando cuelgan hacia abajo parecen frutas). Nuestro conductor y guía nos contó que se puede hacer sopa con ellos, y que está deliciosa, pero no llegamos a probarla.
– El “nori” o tren de bambú, uno de los pocos que quedan en Camboya (y que probablemente tiene los días contados), en el que nos montamos para un pequeño viaje. El tren consiste únicamente de una plataforma, dos ejes con ruedas y un pequeño motor de gasolina. Sólo hay una vía, por lo que al encontrarse con otro tren que viene de frente, el tren con el menor número de pasajeros tiene que ser desmontado y montado de nuevo para permitir al otro pasar. Los franceses construyeron la vía para el transporte en trenes de mercancías, pero hoy día sólo los noris utilizan la vía.
También en Battambang tuvimos ocasión de probar de nuevo el plato nacional de Camboya, el pescado Amok, en una salsa con leche de coco y envuelto en hojas de plátano.
Próxima parada: Phnom Penh
Una vez hecha esta ruta, al día siguiente cogimos un autobús en dirección a la capital, Phnom Penh. Con cerca de 1,3 millones de habitantes, esta ciudad tiene un tráfico caótico; hay que mirar 10 veces a cada lado antes de cruzar la calle. Lo importante una vez uno se decide a cruzar entre las motos, tuk-tuks, ciclos, bicis o coches es no hacer movimientos bruscos, para que los conductores sepan tus intenciones claramente.
Como de costumbre, utilizamos el medio de transporte más común y cómodo por aquí, y contratamos una excursión en tuk-tuk con nuestra amiga americana Megan.
La primera parada fue la antigua prisión de Tuol Sleng (hoy museo), en la que se estima que más de 14.000 personas fueron asesinadas por el régimen de los jémeres rojos. Es un antiguo instituto, convertido en prisión tras la llegada al poder en 1975 de los jémeres rojos, al mando de Pol Pot. El “camarada Duch”, hoy en proceso de ser juzgado, era el responsable de la prisión.
Cuando los vietnamitas liberaron Phnom Phen a principios de 1979, descubrieron la prisión, en la que únicamente hubo 7 supervivientes (conocimos a uno de ellos en nuestra visita), y documentaron con fotos todo lo que vieron. Después, fue convertida en museo. La entrada es gratis para los camboyanos, pero los extranjeros pagan dos dólares, destinados al mantenimiento del museo. Recorrer las celdas de la prisión, las cámaras de tortura o ver las fotos de las personas que pasaron por allí es una sensación realmente escalofriante.
Las personas que eran encontradas culpables (que era el 100% de los que pasaban por allí, según los archivos) eran después llevadas al campo de exterminio de Choeung Ek, que visitamos a continuación.
En medio del campo se erige hoy día una estupa (templo budista), en la que se encuentran más de 5.000 calaveras humanas, encontradas en las fosas comunes.
Después de la que, para todos, fue una mañana dura, terminamos el día visitando el mercado ruso y el palacio real.
Al día siguiente cogeríamos un vuelo hasta Bangkok; dormiríamos esa noche en el aeropuerto y a la mañana siguiente volaríamos a la isla de Koh Samui, donde vamos a pasar Navidad y Año Nuevo.
Sabías que…? En 1975, cuando los jémeres rojos capturaron Phnom Penh, evacuaron completamente la ciudad, contando a la población que los americanos bombardearían la ciudad en tres días. Desde ese momento y hasta la llegada de los vietnamitas en 1979, sería una ciudad desierta, en la que únicamente vivían algunos militares y miembros del partido en el poder.
Precios medios:
Viaje en barco Siem Reap- Battambang: 16 euros
Viaje en “nori” (tren de bambú): 3,5 euros
Entrada en Tuol Sleng: 1,5 euro
Por Remedios Iniesta:
¡Feliz Navidad! para los dos. Este año todos por aquí os hemos echado de menos, porque siempre en estas fechas apetece ver a toda la familia. Pero vemos que estáis muy bien y que estáis haciendo un viaje inolvidable para toda la vida y eso ya merece la pena. En esta nochevieja cuando entre el nuevo año 2012 brindaremos por vosotros. Besos de la familia Martin de Almagro-Iniesta para los dos.
Por raul:
Muchas gracias por vuestras felicitaciones; hemos oído que la paella de Navidad estaba rica rica… Esperamos poder apuntarnos a la próxima!
Os deseamos desde aquí un muy feliz 2012 a toda la familia.
Un beso muy fuerte!
Por Tia Pili y familia:
Felicidades Raul hoy 30 de diciembre es tu Santo. Estamos leyendo el blog y nos alegra tener fotos y noticias vuestras. Hemos recibido vuestra felicitación y nos habéis dado una alegría enorme. Mañana en la entrada de año os tendremos presentes Un besazo
Por raul:
Muchas gracias por la felicitación, como mi santo no es muy conocido no mucha gente se acuerda (yo incluído)…
Os deseamos a toda la familia que tengáis un 2012 por lo menos tan bueno como 2011.
Un beso muy fuerte!