1-15 de septiembre
Tras pasar una noche entera en el autobús (algo que empieza ser habitual en el viaje), a las 10 de la mañana entrábamos en la estación de autobuses de Santa Cruz, donde mi primo Gabriel nos estaba esperando con su eterna sonrisa para llevarnos a su casa, situada a unos 13 kilómetros de Santa Cruz. En ese primer trayecto pudimos comprobar de primera mano la locura de tráfico de la ciudad…
Gabriel (junto a su esposa Daniela) trabaja en una organización llamada Plataforma Solidaria, situada en el barrio de “Los Lotes”, uno de los más desfavorecidos de Santa Cruz. Su trabajo está centrado en niños con situaciones difíciles (y las de algunos de ellos, os lo podemos contar de primera mano, son realmente difíciles): disponen de una guardería, un comedor en el que dan varias comidas al día a cerca de 100 niños, actividades deportivas, labores de prevención (principalmente en el área de salud) y otras muchas actividades.
Santa Cruz de La Sierra, situada en el Oriente Boliviano, ha sufrido un crecimiento muy rápido, quizás demasiado, y ha dado lugar a unas grandes situaciones de desigualdad, que hemos podido comprobar día a día.
Durante las tres semanas que estaremos aquí con ellos, vamos a echar una mano como voluntarios en Plataforma Solidaria. En el momento de escribir esto ya llevamos dos (¡que se han pasado volando!), y podemos contaros sin lugar a dudas que han sido de las más bonitas y emotivas de todo el viaje.
Lo más bonito de todo es comprobar cómo estos niños, que muchas veces sufren unas carencias tremendas (tanto económicas como emocionales) contagian una alegría y unas ganas de vivir inmensas, y nos ofrecen un gran cariño.
Gracias a todos los niños, y sobre todo a Gabriel, Daniela y el resto de la organización. Sin lugar a dudas, si no existieráis, ¡habría que inventaros!
Y para todos vosotros que nos leéis, una pequeña petición: ¡Ayúdanos a ayudar!
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