7-11 de diciembre de 2011
Al final decidimos irnos de la tranquilidad de Si Phan Don (¡antes de acabar en coma!) y dirigimos nuestros pies inquietos hacia el Sur y la frontera con Camboya. Hemos quedado con mi hermana Sofía en Siem Reap pero por alguna razón nos sobran días para ese encuentro. Así que en vez de hacer un largo viaje de por lo menos 15h lo partimos en varios días y conocemos algunas ciudades menos turísticas sobre el camino.
El primer día hacemos Si Phan Don – Kratie y al final se hace largo el viaje ya que hay bastante tiempo de espera en la frontera. La ciudad de Kratie no se va a encontrar en la lista de nuestras favoritas. Recuerda a una ciudad provincial cualquiera de la India; totalmente desordenada, con basura tirada por todos lados y todas las calles en obras. Situada al lado del Mekong, tiene un paseo a la orilla del río que podría ser bastante agradable, si no estuviera cubierta de basura. Allí pasamos la noche en un hotel aceptable y cenamos en un puestecillo de tallarines fritos por un dólar cada uno, pero no deshacemos mucho las mochilas.
Aprendemos que en Camboya hay que manejar dos tipos de moneda; los dólares sirven para casi todo; los hoteles, autobuses y cosas para “falangs”. Los autóctonos riels son para gastos más pequeños. Normalmente los precios están puestos en dólares y en riels.
El segundo día hacemos el tramo Kratie- Kampong Cham, de unas 4h. Infinitivamente más ordenada y con un paseo largo y bastante limpio al lado del Mekong, está ciudad nos gusta más. Pasamos una tarde tranquila, paseando a lado del río viendo a los camboyanos haciendo footing o tomando una Angkor (la cerveza local) viendo la puesta de sol. Todo el mundo come huevos crudos- los vendedores ambulantes los venden calientes sobre una rejilla pero crudos por dentro y se beben enteritos- no nos hemos atrevido a probarlos… Los pijamas en Camboya parecen estar de moda. ¡Sobre todo las chicas los llevan puestos todo el día!
Al día siguiente cogemos otro autobús, está vez a Siem Reap- un viaje de unas 6h. Famosa por los fantásticos templos de Angkor, está ciudad es una parada imprescindible para cualquier viaje por el sureste asiático. Nada más bajarnos del autobús nos rodean decenas de conductores de tuk-tuks que nos quieren llevar a algún hostal – no nos habíamos sentido tan agobiados desde la India.
Los primeros días en Siem Reap nos los tomamos con calma, conociendo poco a poco la historia de Camboya y su situación actual. A la mayoría de la gente el nombre de la organización Khmer Rouge da escalofríos, pero estando en el país donde sucedió esa matanza tan organizada y cruel nos rompe el corazón. Nada más pasar la frontera, nos ponen una película en el autobús sobre esos oscuros años. Creo que a todos que estábamos en ese autobús se nos ponían los pelos de punta y nos daba algo sobre lo que reflexionar. Quizás la ponen también para que los mochileros, que a veces regatean duro solo para ganar unos céntimos (que para nosotros no es nada pero para la gente local puede hacer mucha diferencia), sean más humildes y pongan las cosas en perspectiva.
Aunque la generación más joven parece haber escapado ese trauma, se ve una tristeza en mucha gente más mayor. Camboya tiene un gran número de gente minusválida como consecuencia de las muchas minas antipersona, y muchos de ellos se ganan la vida mendigando o vendiendo postales o libros en la calle. Uno de ellos, un hombre de 41 años sin manos, vende libros en una calle de Siem Reap y nos cuenta su historia. Allí compramos un libro que recomendamos a todo el mundo. Se llama First they killed my father (Primero mataron a mi padre), de Loung Ung (una superviviente de la matanza que llevaron a cabo los Khemers rojos, que más tarde emigró a EEUU).
Esperamos que la siguiente entrada sea más positiva- y seguro que lo será, ya que tratará de los templos de Angkor, una de las verdaderas maravillas del mundo.
Gastos medios:
Visado a Camboya: 30 USD
Viaje Si Phan Don- Kratie: 16 euros
Viaje Kratie- Kampong Cham: 4 euros
Viaje Kampong Cham- Siem Reap: 5 euros
Por Tia Pili y familia:
Hola Hanna y Raúl:
En primer lugar perdonar por no escribiros antes, pero estamos siguiendo el blog y disfrutando tanto de vuestros cometnarios como de vuestras fotos. Es un placer y una fuente inagotable de conocimientos (ya sabéis que el tio Pepe lo va a utilizar en clase de Conocimiento del Medio).
Hemos esperado a escribiros ya en estas fechas para aprovechar y felicitaros la Navidad. Sabemos que en Thailandia también os vais a acordar de nosotros tanto como lo haremos nosotros de esa «pareja» tan entrañable.
Feliz Navidad y que la felicidad que nos embarga dure para siempre
Por raul:
Hola a toda la familia, gracias por vuestro comentario y vuestras felicitaciones. ¡Os vamos a echar mucho de menos a todos esta Navidad!
De parte de los dos, que tengáis una muy feliz Navidad y os acordéis un poquito de nosotros, aunque estemos en la otra punta del mundo.
Un beso muy fuerte!
Por Asun y Ricardo:
Hola Hanna y Raúl:
En estas entrañables fechas queremos desearos que paséis una FELIZ NAVIDAD en compañía de vuestros seres queridos.
Este año ha estado marcado por la crisis y dificultades económicas, esperamos que el próximo año 2012 se superen y venga cargado de bonanzas.
Os invito a leer este peculiar Cuento de Navidad para la crisis.
Un abrazo.